"Siento que la recepción fue buena. Creo que es una película muy accesible, con elementos simples, que permiten que cada uno pueda apropiarse y realmente poner cosas de sí. Creo que en general la gente con la película toca fibras íntimas; consigue relacionarse con la película desde un lugar tan íntimo.

Creo que viene también de un lugar íntimo de mí", describió Pablo Lamar en el estreno de "La última tierra", el lunes pasado en el CCPA (José Berges casi Brasil). Sigue hoy y mañana a las 20:00, con entradas a G. 20.000. El viernes será a las 18:00; sábado a las 21:00, y el domingo de 18:00 a las 20:00.

"La película es demandante, pero creo que retorna mucho. Es demandante en el sentido de una cuestión de ritmo. Escuché alguna vez que dijeron que tiene un ritmo meditativo.

Es una película con mucha presencia del sonido de la naturaleza, entonces te hace como ir a dar una vuelta por el bosque. De alguna manera, lo que quiero compartir con el espectador es: tiempo", agregó Lamar. "Es una película que invita a sincronizarse con un ritmo más lento, así como ir a meditar, o escuchar una música".

Galardonada en festivales de Rotterdam, Toulouse y San Pablo, "La última tierra" describe -y sin diálogos- la experiencia de un hombre (Ramón del Río) cuando muere su esposa (Vera Valdez), aislados en un cerro.

La escena de la muerte nace de un video de 2006, antes de su primer corto "Ahendu nde sapukái" (2008): "Había filmado en Buenos Aires, donde vivía; una cosa muy simple, pero desde ahí es donde empiezo a estirar la película. Entonces, de alguna manera habita el mismo universo que 'Ahendu...'."

Para apreciar el intenso trabajo del diseño de sonido, Lamar sumó equipos de audio especiales del sello 4Kcho Records a la sala. Residente en Brasil hace 3 años, el cineasta no se apura con nuevas ideas para su siguiente película, pero ya tiene dos proyectos de teatro para 2017, que marcarán su debut en ese medio, incluyendo una obra acerca de la dictadura de Stroessner.

Dejanos tu comentario