El diario ecuatoriano El Mercurio se hizo eco de la presencia de la artista paraguaya Adriana González Brun en la Bienal de Cuenca, donde la misma prepara una instalación inspirada en el impacto que las las botellas silbato de la cultura aborigen ecuatoriana Chorrera causaron en ella. Se trata unas piezas cerámicas en forma de ave, de más de 2.000 años de antigüedad, que producen un especial y único silbido con solo introducirles agua y moverlas un poco, según explica la publicación.
Adriana es artista plástica, arquitecta y docente universitaria. Desarrolla su actividad principalmente en Asunción, donde vive y cría a sus hijos. Con varias exposiciones a nivel internacional, Adriana presenta obras que se ven fundamentalmente influenciadas por el contexto político del Paraguay.
Inspirada en estas creaciones Chorrera, la paraguaya prepara su obra para la próxima bienal: "una instalación con un componente sonoro y de luz".
El Mercurio comenta que le han llamado mucho la atención de las botellas silbato: "la magia, la tecnología, la complejidad y riqueza de su conocimiento". Es decir, que en tiempos tan remotos, la inventiva de los pueblos originarios les haya llevado a crear obras tan complejas como artísticas.
"Estas botellas tienen su propia alma, se dejan oír, se originaron aquí (en Ecuador) y se difundieron", dice González, pero lamenta que de esto se conozca poco –más allá de algunos círculos de especialistas– o que no sea suficientemente valorado. "Hoy esos sonidos (que generan las botellas) ya no forman parte de la memoria colectiva y tampoco se han sincretizado (o fusionado) con otros sonidos", según se reproduce de la publicación.
González Brun es una de las 12 artistas que forman parte del Proyecto In Situ que, con apoyo de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur), y estará en Cuenca para elaborar sus obras para la bienal que se inaugurará en octubre próximo.