Pedro Gómez Zorrilla

Periodista

No hay dudas, el fútbol es el deporte de lo impredecible. Capiatá llegaba de gran forma a este compromiso, su técnico Víctor Genes era invicto, mientras los de River estaban de derrota en derrota. Todos los pronósticos estaban a favor de los auriazules. Pero en el estadio Erico Galeano, la historia fue otra. Goleó el Kelito y la estantería de los escoberos se vino abajo.

El primer tiempo fue para el olvido. Los equipos en pugna no mostraron nada. Mucha mediocridad fue la principal característica. Pero en el segundo tiempo cambió por completo la historia. Con el ingreso de Richard Lugo en River Plate y la estupenda actuación de Wilfrido Britos, el andar del equipo parecía un auto de Fórmula 1.

Precisamente Richard Lugo, en gran acción individual, escapó de un rival y con ángulo cerrado sacó un fuerte remate, se desvió en la pierna de "Pelé" Jorge Paredes y engañó por completo al golero Carlos Servín. Empezaba la debacle de Capiatá.

Posteriormente, Wilfrido Britos, con la ayuda de Ronaldo Gómez, aumentó la diferencia y puso el sello final, el "Tachuela" Alfredo Mazacotte, para definir de gran forma ante la estirada de Servín. Veremos si la historia del técnico Víctor Genes no es parecida a la del "Tiburón" Torres de Libertad, perdieron por tres a cero y le dieron las gracias.

El presidente de River Plate tenía el pecho hinchado como un sapo, estaba agrandado al concluir el partido y dijo que la próxima víctima será Cerro Porteño en los Jardines del Kelito. Soñar no cuesta nada y además es gratis.

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