Moscú, Rusia | AFP .

Fue el llamamiento desesperado del presidente ruso Boris Yeltsin lo que llevó a Guennadi Veretilni a las barricadas que rodeaban la sede del parlamento de la Rusia soviética en el centro de Moscú, aquel 19 de agosto de 1991.

Pocas horas antes, un grupo de golpistas dirigido por partidarios de la línea "dura" en el seno del partido comunista soviético entraron con los tanques en Moscú.

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Los golpistas, dirigidos por el vicepresidente soviético Guennadi Yanáyev, el jefe del KGB, Vladimir Kriuchkov, y el ministro de Defensa, Dimitri Yazov, consideraron que el presidente de toda la URSS, Mijail Gorbachov, era "incapaz de asumir sus funciones por motivos de salud" y proclamaron el estado de emergencia.

Su objetivo era paralizar la Perestroika y la Glasnost iniciadas por Gorbachov para renovar y liberalizar la URSS, unas reformas que amenazaban el poder del partido comunista y habían llevado a la URSS al borde del colapso.

Pero lo que los golpistas no habían previsto era el gran apoyo con el que contaba Boris Yeltsin, presidente de la Rusia aún soviética, y los miles de moscovitas que responderían a su llamado de defender las reformas. "Más de 20.000 moscovitas vinieron a apoyar a Yeltsin".

"Les había pedido que vinieran a defenderlo y formaron una cadena humana" alrededor de la Casa Blanca (el parlamento de la Rusia soviética) en la que se refugiaba el presidente, recuerda Veretilni. Pero el temido ataque nunca se produjo.

ERRORES FATALES

Los golpistas cometieron una serie de errores fatales, al no lograr convencer a oficiales clave para que se unieran a ellos y no conseguir acallar a Yeltsin, cuya foto subido a un tanque ante la multitud enfervorecida dio la vuelta al mundo.

El fracaso del golpe supuso la estocada final a 70 años de comunismo soviético. Yeltsin, convertido en el verdadero poder, prohibió el partido comunista, apartó del poder a Gorbachov y firmó un acuerdo con los dirigentes de Ucrania y Bielorrusia que disolvía de facto la URSS. El 25 de diciembre de 1991, Gorbachov dimitió y la Unión Soviética dejó de existir oficialmente.

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