POR LOURDES PINTOS
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Sobre el trasladado del narcotraficante Jarvis Chimenez Pavâo a la Agrupación Especializada de la Policía Nacional, el ministro del Interior, Francisco de Vargas, aseguró que el hombre posiblemente habría montado un plan de fuga junto a otros reclusos y por dicho motivo el Ejecutivo habría tomado la medida.
La intención era que la explosión de la dinamita en gel ocasionara un boquete en el muro de la prisión, por donde se concretaría la fuga. Esto se frustró gracias a la rápida acción de un guardiacárcel que, al ver la mecha encendida, la apagó exponiendo incluso su vida.
Aunque de Vargas evitó dar más detalles acerca del plan y de la manera en la que ingresó el explosivo dentro del penal, se presume que Pavâo habría sido el ideólogo y financista principal.
Sin embargo, una de sus defensoras, la abogada Laura Casuso, desde un principio se negó a que su cliente sea derivado a la Agrupación Especializada, argumentando que allí su vida corría grave peligro.
A raíz de esto, el juez de Garantías Rubén Ayala Brun, remitió un informe al Ministerio de Justicia en el que sostenía que Pavâo tenía orden de reclusión en dicha correccional, motivo por el cual todo el despliegue montado para el procedimiento fue cancelado por encima de que el ejecutivo ya lo había autorizado y más aun, sin tener en cuenta la existencia de una ley penitenciaria que atribuye las facultades necesarias al Ministerio de Justicia para tomar atribuciones de esta índole.
DESTITUCIONES
Las consecuencias no se hicieron esperar. El martes en horas de la noche se dio a conocer la destitución de la ministra de Justicia, Carla Bacigalupo y en su lugar fue asignado el viceministro de Justicia, Éver Martínez Fernández.
Los cambios siguieron ya que ayer se anunció que, tanto el director de la penitenciaria de Tacumbú, Luis Barreto, como el director de Asuntos Penitenciarios, Artemio Vera, también fueron apartados de sus puestos. En sus reemplazos asumirían Luis Villagra y Julio Agüero, respectivamente.