BC-HBR-WAKE-UP-CALL-DIGITAL-WORK-NYTSF

Carlo Ratti y Matthew Claudel

© 2016 Harvard Business School Publishing Corp.

De: hbr.org

Distribuido por: The New York Times Syndicate

CONNECTING

"La distancia morirá," o eso predijo el economista británico Frances Cairncross, junto con una serie de teóricos sociales y de medios de comunicación, después de la expansión del internet en los 1990s. Las oficinas se volverían obsoletas: ¿por qué ir a trabajar cuando el trabajo puede venir a usted?

Sin embargo, la historia ha dibujado un curso diferente. La tecnología actual permite comunicación global e instantánea, pero la mayoría de nosotros seguimos trasladándonos a oficinas. La comunicación a distancia no se ha empleado tanto como muchos pensaron. Mientras tanto, muchas corporaciones están invirtiendo en nuevos o renovados espacios de oficina en áreas urbanas.

Lo que omitieron los primeros comentaristas digitales es que, incluso si podemos trabajar desde cualquier lado, eso no significa que queramos hacerlo. Anhelamos lugares que nos permitan compartir conocimiento, generar ideas y reunir talentos. La interacción humana es un aspecto vital del trabajo, y por ello es que la calidad del espacio de trabajo físico se está volviendo más crucial que nunca.

Ya hemos observado la transición del laberinto de cubículos de mediados del siglo pasado, hacia espacios más sociables, abiertos y flexibles. Más recientemente, el trabajo grupal ha ganado tracción, demostrando el valor de compartir un espacio con personas de mentalidad semejante. Estos espacios están abiertos a diferentes disciplinas y les dan a los profesionistas la oportunidad de ser parte de una red seleccionada.

Mientras se esfuerzan para diseñar creatividad, los proveedores de espacio de trabajo en conjunto también están experimentando con la cuantificación de las interacciones humanas. Aquí es donde ellos podrían tener la mayor influencia respecto a cómo se diseñan las oficinas.

Entender cómo se conecta la fuerza de trabajo dentro de un espacio laboral flexible es crucial para diseñar y operar las oficinas de nueva generación. Nuevas herramientas digitales están emergiendo para medir las conexiones humanas y el comportamiento espacial, y cómo se relaciona con la productividad y la creatividad.

La información en tiempo real, acompañada de muebles y edificios digitalmente integrados, son sólo el comienzo. Eventualmente incluso podrían permitir la creación de lugares de trabajo que respondan o evolucionen por sí mismos.

A lo largo de la historia, los edificios han sido rígidos e inflexibles. Con mejor información, podríamos diseñar un entorno que se adapte a los humanos. Imagine salas que automáticamente queden en espera y ahorren energía cuando están vacías. En términos generales, los edificios podrían operar como sistemas dinámicos que trabajan en concierto con los humanos.

La transformación de los entornos laborales apenas está comenzando, pero podría tener un gran impacto en los arquitectos, desarrolladores, corporaciones y la sociedad. Lejos de hacer que las oficinas sean obsoletas, la tecnología transformará los espacios laborales.

(Carlo Ratti dirige el MIT Senseable City Lab y la oficina de diseño Carlo Ratti Associati. Matthew Claudel es un investigador en el MIT Senseable City Lab y el Lab for Innovation Science & Policy.)

Dejanos tu comentario