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July 17 2016, at 11:51 AM

Steven Davidoff Solomon

© The New York Times 2016

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Jeffrey Katzenberg, director general y accionista controlador de DreamWorks Animation, logró un bonito acuerdo lateral para sí mismo a costa de los accionistas de DreamWorks, según una demanda presentada recientemente en un tribunal de Delaware a causa de la venta de la empresa a NBCUniversal de Comcast, por 3.800 millones de dólares.

La demanda, presentada a nombre del Sistema de Retiro de los Empleados de la Ciudad de Ann Arbor en Michigan, se dirige al hecho de que Katzenberg es propietario de DreamWorks, empresa que tiene acciones de clase dual. Las acciones de clase B tienen 15 votos por acción, y las de clase A, un voto. Katzenberg es propietario de todas las acciones de clase B. Y junto con sus acciones de clase A, posee el 60 por ciento del voto en la empresa, pese a que solo cuenta con 11,5 por ciento del total de acciones circulantes.

Esto constituyó un hecho importante en las negociaciones por la venta de DreamWorks. Según los documentos presentados por la empresa ante la Comisión de Valores y Bolsa, DreamWorks estuvo en pláticas para venderse a una empresa de títulos privados a 35 dólares por acción. Katzenberg habría conservado un puesto administrativo y retenido la propiedad de la nueva compañía privada. El acuerdo estaba a punto de culminar, con los puntos más importantes convenidos, cuando Comcast entró en escena en abril con una propuesta más alta.

Katzenberg, merced a su control del voto, tiene la posibilidad de aprobar o rechazar por sí mismo cualquier transacción. Comcast ofreció 42 dólares por acción pero solo si Katzenberg otorgaba su consentimiento por escrito inmediatamente después de firmar el acuerdo. Esto significaría para Comcast una transacción asegurada pero a costa de evitar que otros postores hicieran sus ofertas. En cambio, la empresa de títulos privados estaba pagando menos, pero habría permitido que otros accionistas votaran sobre la transacción y hubieran dispuesto de un periodo en el que otros postores pudieran presentar sus ofertas. Pero Comcast declaró específica y repetidamente durante las negociaciones que solo pagaría esa suma más alta si Katzenberg aprobaba la transacción de inmediato.

Ese tipo de consentimiento, que impide que se presenten otras propuestas rivales, es válido conforme a la ley de Delaware.

Al anunciarse la venta de DreamWorks, Katzenberg aprobó la transacción. El convenio está esperando la aprobación de los organismos regulatorios para consumarse, pero en realidad es un caso cerrado.

Sin embargo, hubo un segundo arreglo. A diferencia del acuerdo de la empresa de títulos privados, Katzenberg se despedirá de Comcast excepto en un área. Él aceptó proporcionar servicios de consultoría durante dos años a una nueva subsidiaria de Comcast que albergará dos divisiones de DreamWorks, AwesomenessTV, una compañía de entretenimiento en Web, y DWA Nova, que aporta la tecnología de animación en tercera dimensión.

A cambio de este trabajo de consultoría de dos años, Katzenberg recibirá 7 por ciento de las ganancias de la empresa a perpetuidad.

Esto parece ser un acuerdo bastante bueno y es el objeto de la demanda. Conforme a la ley de Delaware, un accionista controlador tiene permitido recibir una cantidad mayor que los demás accionistas al momento de vender sus acciones. Pero previendo este asunto, en su acta de constitución, DreamWorks tiene el texto siguiente de que en caso de una venta:

"Cada acción de las acciones comunes tendrá derecho a recibir consideración equivalente (como se define en la presidente) en una base por acción. Como se emplea en la presente, el término 'consideración equivalente' ha de significar consideración en la misma forma, en la misma cantidad y con los mismos derechos de voto en una base por acción."

La demanda asegura que el acuerdo de consultoría viola el requerimiento de que todos los accionistas reciban la misma cantidad en caso de venta.

Pero la persona que redactó esa cláusula en el acta de constitución de DreamWorks también anticipó ese argumento. Declara que cualquier consideración que se pagara o se recibiera en una venta por empleo, consultoría, finiquito u otro arreglo no deberá de estar considerada en la determinación de "consideración equivalente".

Al parecer, con eso se acabaría la discusión pues, después de todo, Katzenberg está recibiendo una compensación de conformidad con un contrato de empleo. El requerimiento de paga igual exime los acuerdos de consultoría y empleo. Sin embargo, las cosas podrían no ser tan simples. El quejoso alegaría que los abogados están tratando de esquivar los requerimientos y que el "arreglo de consultoría" es una compensación embozada por las acciones mismas. Katzenberg iba a recibir la propiedad de la compañía privada y tendría la ventaja en el acuerdo con la empresa de títulos privados. Esto es solo otra forma de pagarle dicha cantidad.

Como prueba de esta afirmación, el quejoso observará los potencialmente altos honorarios que pueda recibir Katzenberg y la corta duración del trabajo de consultoría, así como el hecho de que el acuerdo tiene atributos de valores. Por ejemplo, si Katzenberg, el interés se invierte de inmediato.

El resultado de esta demanda dependerá de que el quejoso pueda documentar que esto es efectivamente una compensación bajo el agua. Y sin duda, Katzenberg alegará que el precio –muy por arriba de lo que habría ofrecido la empresa de títulos privados– muestra que no se dejó dinero sobre la mesa.

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