Por Bernt Entschev
Fundador de De Bernt Entschev Human Capital
Sea en una empresa grande o de porte mediano, la existencia de un "plan de carrera" para los funcionarios siempre es motivo de atención y elogios. En la mayoría de las veces, sin embargo, se trata en la verdad de un "plan de sucesión" ¿Qué quiere decir? La empresa está resguardándose, haciendo un banco de talentos para cubrir plazas que surgen por jubilación, promociones o despidos.
Cuando el proceso no alcanza todos los colaboradores, sino que algunos seleccionados, no puede ser considerado un plan de carrera. En resumen, es algo para el bien de la empresa y que, eventualmente, puede beneficiar al funcionario que será promovido.
En las empresas de pequeño porte no existe plan de sucesión o plan de carrera, ellas no tienen descanso de presupuesto para hacer un stock de talentos, las personas van siendo promovidas o contratadas de acuerdo con lo necesario.
Más económica, la opción por promoción interna es la más usual, también como una forma de reconocer al funcionario de la casa. Para estar en primer lugar cuando surge la plaza, es necesario estar preparado y demostrar la competencia necesaria al cargo. Y eso no depende solo de la empresa.
No es difícil percibir la carrera como una responsabilidad del individuo, no de la corporación. Pensar y planificar son armas fundamentales para crecer profesionalmente. Lo que quiero decir es que la carrera es tuya, no de la empresa. Luego, quien debe tener un plan para ella, eres tú.
Durante mucho tiempo en mi vida cumplí el plan de carrera de la empresa en la cual trabajaba. Viajé mucho, me mudé de ciudad varias veces, llevando la familia conmigo. Tardó, pero percibí que cabía a mí planificar mi carrera. Fue lo que hice y percibí cambios significativos, para mejor. Mi ejemplo no es el único. Conozco a dos hermanos jóvenes, comportamientos completamente diferentes en relación a la carrera.
No es difícil percibir la carrera como una responsabilidad del individuo, no de la corporación. Pensar y planificar son armas fundamentales para crecer profesionalmente.
Ambos inteligentes y llenos de potencial. El primero va de empleo a empleo, en áreas diferentes, de acuerdo a las circunstancias. Ya ha hecho de todo. Él tiene un trabajo, no una carrera, y sus preocupaciones son con el hoy. El segundo entró en la facultad de Educación Física y luego percibió un nicho de mercado que le gustaba.
Fue perfeccionándose en él, como atleta, compitiendo regional y nacionalmente. Luego, surgieron gimnasios interesados en su conocimiento, que él aumenta con cursos orientados.
Después de cuatro años, cerca de recibirse, no le faltan invitaciones para trabajar en el área, alumnos interesados en tenerlo como entrenador y veo en el futuro la posibilidad de que él emprenda en gimnasio o como consultor. En fin, una carrera que empezó a ser construida con foco y que está muy bien encaminada.
Con esos ejemplos, quiero mostrar que es importante saber adónde se quiere llegar para entonces construir una carrera con ese objetivo. Para comenzar, traza metas en tres dimensiones. En corto plazo (una a dos años), piensa en lo que es necesario para crecer dentro de la empresa, como mejorar su atención y en hacer cursos rápidos, para perfeccionarte siempre.
En medio plazo (tres a cinco años), planifica las funciones que quieres ejercer, si es necesario cambiar de sector o de empleo, qué habilidades necesitas desarrollar para eso y cómo obtenerlas. En largo plazo, evalúa dónde y cómo quieres estar en el futuro, incluyendo tu jubilación.
Coloca tus metas en el papel, quedará más fácil visualizarlas como están avanzando y cuándo necesitas cambiar. Luego, te darás cuenta de que lo que otros llaman suerte (pero en la verdad es fruto de tu trabajo y determinación) va a estar más presente en tu vida. Solo depende de ti.