Washington, Estados Unidos. AFP.

El patrón ya es familiar: una persona negra muere a manos de la policía y los videos del incidente se propagan por la red y alimentan acusaciones de prejuicios y brutalidad. En la pasada semana Philando Castile fue muerto a tiros por la policía en Minnessota cuando activistas de derechos humanos buscaban esclarecer por qué un día antes agentes de policía habían matado a Alton Sterling en Luisiana.

Ambos quedaron en la nómina de la docena de negros muertos por la policía en Estados Unidos en años recientes y cuyos decesos quedaron para siempre en videos que desataron furia y acusaciones de brutalidad policial.

Aunque la magnitud de la mala praxis policial no es clara, especialistas en derecho penal dicen que el amplio uso de las redes sociales y los teléfonos inteligentes arrojan luz sobre los casos y abren el camino para cambiar los procedimientos policiales.

"Lo que constituye brutalidad policial o mala conducta es algo de interpretación y hasta ahora eso ha estado siempre a cargo de los departamentos de policía o de los altos oficiales", dijo Christopher Schneider, profesor de sociología de la Universidad Brandon de Canadá.

"Ahora esos videos circulan en la web inmediatamente después de un incidente y valorar qué constituye brutalidad queda a criterio de todos nosotros", dijo.

El uso de videos de "periodistas ciudadanos" se ha generalizado ahora, pero en realidad data de 1991 cuando una golpiza de la policía de Los Ángeles al taximetrista negro Rodney King, desató una histórica ola de furia y desmanes.

Eso se tornó más fuerte ahora con los teléfonos inteligentes que permiten difundir en un tris videos en redes como Facebook o Twitter.

"Mientras que los periodistas ciudadanos impulsaron la cobertura de la denominada Primavera Árabe, por ejemplo, ahora cumplen un servicio similar en la discusión nacional sobre raza y sistema policial en Estados Unidos", comentó David Uberti, a miembro de la Columbia Journalism Review.

"Redes sociales como Twitter ayudaron a amplificar esas voces individuales con contenidos compartidos en todo el país en horas, si no en minutos", añadió.

Schneider, que estudia a las policías de Estados Unidos y Canadá, dijo que los últimos casos probablemente conduzcan hacia un "histórico cambio en la conducta policial".

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