Domingo por la tarde en calle Palma. En una esquina suena música paraguaya, como renovando un añejo ritual. Son jóvenes músicos que hacen Folclore a la calle. Por Arturo Peña.

Se viene haciendo sana costumbre. Los domingos por la tarde, sobre la calle Palma, en el centro asunceno, se escucha música en vivo. Y uno de los anfitriones de ese encuentro musiquero bajo las tenues luces de la plaza O'Leary es Folclore a la calle, una propuesta instrumental que reúne a músicos jóvenes que vienen de distintas corrientes, como el rock, el jazz, y que se unen para hacer música paraguaya "a su estilo".

Paula Rodríguez, bajo y contrabajo, y Javier Palma, guitarra, son integrantes de este grupo que se completa con Carmen Monges, en arpa, y Alicia Islas, en percusión. El proyecto decantó de otro, que se llamaba Pasionaria, un conjunto de folclore conformado por mujeres donde estaban Paula, Carmen y Alicia, para quienes Javier hacía los arreglos. "La primera vez que tocamos en la calle fue en el festival solidario para ayudar a 'Kamba'i' Echeverría, el año pasado. La conformación no estaba consolidada; el grupo se juntaba cuando tenía que tocar y ocasionalmente acompañábamos a Carmen. Ese día nos juntamos, le llamamos a Alicia y a una cantante, Paola Amaini, que ahora viajó pero esperamos su retorno, y a partir de allí comenzamos a tocar como Folclore a la calle", cuenta Javier.

La idea de los conciertos callejeros la había iniciado el movimiento jazzero, luego se sumaron los del blues y últimamente también los amantes del tango, con clases de baile sobre Palma. Folclore a la calle vino a agregar la música nativa a la cartelera.

Hacen un repertorio de clásicos del folclore nacional, pero con arreglos propios, donde se pueden notar las influencias de unos y otros. "Eso es lo genial, que además de hacer lo que nos gusta, que es tocar folclore, lo tocamos a nuestra manera y de acuerdo a lo que a cada uno le influenció la música. Eso nos divierte, nos encanta y es una buena pantalla para que después surjan contratos", dice Paula. "La gente ve que es algo diferente, se da cuenta que hay variaciones, y son cosas que de repente algunas personas no van a aceptar pero muchos se acercan para decirnos que les gusta", agrega.

Además de los "toques" sobre Palma, el grupo también hace conciertos privados y se presentó ya en algunos festivales. "El primer evento grande que tuvimos fue el Festival del Arpa, el año pasado, donde hicimos algunos arreglos sobre obras del arpista Cristino Báez Monges, que es el tío de nuestra arpista", cuenta la bajista del grupo.

La aproximación

Adentrándose en la propuesta de Folclore a la calle, además de conocerla –y disfrutarla– en el contexto de los conciertos sobre Palma, subyacen también otros elementos que surgen en el intercambio de ideas con los jóvenes músicos: la pasión por la música, el desafío de hacer arte en Paraguay, la visión que tienen sobre el folclore paraguayo.

"Safuán (Óscar Nelson Safuán), por ejemplo, es uno de los creadores a quien admiramos mucho, de hecho el disco de Paula que se llama 'Bajo Paraguay' incluye temas de él y estamos trabajando otros más. Nos gusta mucho –comenta Javier, graficando las influencias musicales del grupo–. Safuán fue un incomprendido de su época. Para nosotros la Avanzada es algo que marcó un momento del folclore. Nos gustaría continuar eso".

Folclore a la calle, así como otros jóvenes talentos y grupos que surgen y que toman la música nativa como materia prima, salen al paso de aquel remanido discurso de que "a la juventud no le gusta luego nuestro folclore". Al contrario, los jóvenes van encontrando nuevas formas de aproximarse a lo nuestro, dándole ese toque –y esto a riesgo de generar algún ceño fruncido– de renovación que necesita nuestra expresión folclórica.

"Hoy hay varios conservatorios donde la gente, especialmente los jóvenes, se nutren de otras cosas, ya conocen más de armonía, salen con la cabeza más abierta. Y de repente encontramos a un Cardozo Ocampo o a un Lobito Martínez, que son grandes referentes que innovaron en nuestra música. Pero todavía es más por la curiosidad de cada uno. Lo ideal sería que estén en el currículum y que haya docentes preparados para enseñar sus obras, para hacer un acercamiento a ciertos creadores. Hay mucha imposición todavía en las academias. No hay un debate abierto", reflexiona Paula.

Para Javier, a eso se suman otros factores: "Es quizás repetitivo decir esto, pero somos hijos de la dictadura y para nosotros fue siempre adaptarnos a las órdenes: Así es la música folclórica, esta es la polca, esta es la galopa y punto". Ambos coinciden en que internet ha contribuido a que los músicos de la nueva generación tengan un acceso superlativamente mayor, a los creadores, a las obras de aquí y de otras partes, en los más diversos estilos. Y a su vez a que estos se retroalimenten. Como debe ser, pensando a la música como algo mágico y universal.

Lo público y los enchufes

Folclore a la calle ofrece también una mirada sobre otro factor, no especificamente musical pero de igual valor, como es la apropiación de los espacios públicos por parte de la ciudadanía. Con este tipo de expresiones, la gente vuelve a asumir que el espacio público es un lugar donde se puede expresar en libertad. Un concepto que en los años oscuros de nuestra historia se nos fue vedado.

Pero aún falta potenciar el concepto, por parte de la propia ciudadanía como de las autoridades nacionales. "Fijate que no hay reglamentación clara sobre el tema de los conciertos en la calle. Ahora hubo un acercamiento con la Municipalidad de Asunción. Nos acercamos los que estamos hace más tiempo en esta movida, nosotros, la gente que hace jazz, la que hace tango a la calle. La intención era ordenar un poco las cosas y recibir un poco de apoyo. Por el momento, se consiguió que sea peatonal por lo menos esa cuadra de Palma, de 17:00 a 22:00", señaló Javier.

Un pequeño gran detalle que se esconde tras los músicos a la calle que se reúnen en Independencia Nacional y Palma los domingos, es que los conciertos son posibles gracias a un viejo enchufe que está instalado en uno de los faroles de la plaza. "De un enchufe sale todo, pero vamos por turno. Por eso también queríamos hablar con la municipalidad. No queríamos ir presos por conexión clandestina", comentan entre risas.

Pero más allá de las carencias y con el apoyo que poco a poco se va dando, la intención es crecer.

"Nuestro gran plan es tocar en diferentes barrios, ese es el concepto de la música a la calle. Pero la idea es que no sea así nomas vai vai como siempre. Queremos que esto se tome como un movimiento artístico y que podamos hacer las cosas bien", señala Paula.

"Ahora hay muchas cosas que están sucediendo en la calle y está bueno eso. Nosotros tuvimos la suerte que nos enganchamos en esta movida y pasan cosas interesantes. La gente se engancha, baila aplaude. Es muy divertido", señala finalmente Javier.

REDES:

Facebook/Folclore a la calle

www.youtube.com/folclorealacalle

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