London, Reino Unido | AFP

Los líderes europeos exigieron este sábado un divorcio rápido al Reino Unido, en plena resaca tras el Brexit, y Escocia anunció que quiere negociar directamente con la UE para "proteger sus intereses".

Las consecuencias del referéndum sobre la UE, que cambia el rumbo de la historia para el Reino Unido y toda Europa, golpearon con fuerza y tras el desplome bursátil del viernes, ahora empiezan los problemas políticos.

El divorcio no puede esperar como pretende el primer ministro británico, David Cameron, advirtieron los miembros fundadores del proyecto europeo, reunidos en Berlín. "Decimos aquí, juntos, que este proceso tiene que empezar cuanto antes", afirmó el ministro de Relaciones Exteriores alemán, Frank-Walter Steinmeier, flanqueado por sus homólogos de Francia, Holanda, Italia, Bélgica y Luxemburgo. Los mandatarios del bloque de 28 países deben reunirse el martes y miércoles en Bruselas, incluido el propio Cameron.

Francia se permitió incluso pedir un nuevo primer ministro británico "en pocos días", a pesar de que Cameron no tiene la intención de abandonar el cargo antes de octubre, cuando su Partido Conservador se reunirá en congreso para elegir un nuevo líder.

El comisario europeo de los Servicios Financieros, el británico Jonathan Hill, anunció su dimisión, tras declararse "muy decepcionado" por la decisión de sus conciudadanos. El presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, dijo, a través de un portavoz, que estaba dispuesto a sustituirlo por otro británico. Pero cortesías aparte, las recriminaciones llovían de todos lados. Escocia e Irlanda del Norte, por ejemplo, votaron predominantemente seguir en la UE, mientras que Gales, la única región británica que recibe más de lo que aporta a la UE, fue partidaria de abandonar el bloque.

Escocia quiere quedarse en la UE

La jefa del gobierno escocés, Nicola Sturgeon, presidió una reunión urgente de su gabinete, tras la que anunció que quiere empezar a dialogar directa e inmediatamente con Bruselas y otros países europeos para "proteger el lugar de Escocia en la UE". Sturgeon advirtió que podría reclamar un segundo referéndum de independencia, tras el de 2014.

Por otro lado, una petición popular al Parlamento británico para organizar un segundo referéndum sobre la UE reunió más de dos millones de firmas.

En Londres, el corazón financiero y económico del país, empezaron a circular peticiones extravagantes, exigiendo la independencia del resto del país.

Cameron y los propios líderes del movimiento euroescéptico no quieren precipitarse para activar el artículo 50 del Tratado de Lisboa, que da inicio a un proceso de separación de un miembro de la UE, en principio durante dos años. Todas las miradas están puestas en el ex alcalde de Londres, el conservador Boris Johnson, que podría sustituir a Cameron."No es un divorcio amistoso pero al fin y al cabo tampoco era una gran relación amorosa", declaró el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker.

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