17 años tuvieron que pasar para que Roque Santa Cruz volviera a vestirse de jugador del Olimpia, el club que lo puso en vidriera y fue el trampolín para que tuviera una larga y exitosa carrera por el fútbol europeo.
"Para mí es súper lindo volver a mi casa, de donde salí, donde pasé los mejores años de mi infancia. Vine muy temprano al club y salí al extranjero todavía muy joven. Ahora estoy volviendo y sintiéndome de la misma manera", recordó y reconoció este miércoles el delantero.
"Estoy contento y feliz de poder vestir otra vez la camiseta del Olimpia", agregó, para luego comentar que su idea "estuvo siempre en poder venir otra vez al Olimpia en un momento en que pueda jugar en buena forma", hecho que se dilató porque "siempre salía algo". Pero como "a conciencia que el fútbol no dura para siempre" y que "uno nunca sabe cuándo va a ser el momento para volver", Roque afirmó que esta "fue una decisión pensada".
"Estoy feliz de estar aquí y de haber tomado la decisión, ya mirando la mejor manera de ponerme a punto y que el retorno sea mucho más que un simple paso por el club, sino dentro de un marco que pueda servir al entrenador, al club y a los compañeros", acotó.
La puesta a punto
En relación a la lesión que lo apartó incluso de la Copa América Centenario, Roque Santa Cruz explicó que las tres semanas de pausa que tuvo le sirvieron "para desinflamar la rodilla". "Tenía una inflamación por sobrecarga, tampoco nada grave, pero después del historial que tengo, con todos los problemas que tuve en el pasado, me asustó un poco al comienzo".
Al llegar al país, el delantero comenzó de inmediato con las sesiones de fisioterapia, que le ayudaron a superar los dolores y a trabajar hoy con normalidad. A la pretemporada que realiza con el plantel franjeado en Encarnación, el atacante sumó trabajos diferenciados de gimnasio para recuperar la masa muscular perdida.