Una de las tantas trabajadoras que, al caer la madrugada, se dispone a trabajar en el corazón del Mercado 4 de Asunción. Las mujeres llegan de distintos puntos del país para ofrecer sus productos
Mientras gran parte de la ciudad descansa, resguardándose de la baja temperatura que golpea a Asunción, cientos de personas encuentran en estas frías madrugadas la forma de ganarse la vida.
En los refugios temporales, las familias hacen del brasero y el carbón el elemento más importante para calentar sus precarias viviendas, mientras sueñan con otro lugar donde tener una vida más digna. Trabajadores de la noche, gente anónima que a pesar de la baja temperatura no se amilana y, que con su labor, son el rostro de la resistencia al frío.
Un guardia de seguridad barrial utiliza el brasero para que sus manos no se congelen. A la misma hora y a pesar de las bajas temperaturas un gran sector se encuentra laburando.Las zonas de los refugios son las más afectadas con el frío. Mucha gente de la tercera edad vive en estos lugares.La SEN habilitó un refugio especial para personas en situación de calle. En uno de los pabellones de la Primera División de Infantería, en Tacumbú, 30 camas equipadas aguardan a las personas que buscan un lugar para dormir.Se disponía a dormir, pero cuando vio la cámara del reportero de La Nación, regaló una espontánea sonrisa. Los sectores vulnerables son los más afectados por las heladas.Paola y su hijo Francisco, en el refugio ubicado sobre 21 proyectada. Al igual que ellos, cientos de familias deben soportar noches muy frías.Patricia, frente a su casa y despensa, toma mate con amigos esperando que lleguen compradores. Abre su negocio hasta la madrugada.