El protagonismo que tomó un gallo durante la visita del Papa Francisco, fue el detonante en la historia de una humilde familia del Barrio Kambala. El pequeño Ángel y su gallo Felipe, lograron acaparar la atracción del Santo Padre y por ende de la cúpula eclesiástica, que se vio sorprendida por el gesto del Pontífice de enviar un rosario al niño desde Roma.

A partir de esa inocente decisión se desataron una serie de sucesos en la vida de la familia que seguía los pasos de Francisco desde la Nunciatura hasta Caacupé, sin lograr aparentemente el objetivo, que tomo otro curso.

Ratificando de nuevo que los planes de Dios no son los nuestros el sueño de Ángel fue cobrando fuerza mediante la reacción de la prensa, no solo nacional sino internacional. Todo lo que aconteció en ese momento fue increíble, la bendición había llegado de alguna manera, sin embargo la realidad seguía siendo dura y en cuanto a los problemas, estos se irían sumando.

El reciente problema de salud de Tomás Robles, el padre de familia, fue una situación grave e inesperada Con solo 49 años padeció un pre infarto, enfermedad que dejo secuelas y hoy no le permite trabajar en el taller de motos como lo hacía cotidianamente.

Ana María su compañera de vida, está actualmente asumiendo el doble rol en la casa para mantener a sus hijos, dos que aún viven con ella y uno en edad escolar.

Felizmente todo lo que hacemos en la vida tiene consecuencias, en este caso una buena intención con una doble bendición, que vino de Roma.

La familia mediática, sale de nuevo a la luz con un pedido de ayuda, que tiene eco en la prensa, a raíz de su reciente historia. Hoy tras pedir a los medios ser asistidos, tienen respuesta mediante la Secretaría de Acción Social, (SAS), que los incluirá en el Programa Tekoporã, con el objetivo de cumplir el máximo sueño de los Padres de Ángel, que pueda seguir estudiando, y que no tenga que pasar por la misma situación de ellos.

También se incorporará a la familia al Programa Tenonderã, otorgándoles recursos y capacitación para montar su propio negocio. Inicialmente venta de asaditos, remedios yuyos y como comentó Ana María, la idea es ir formando un pequeño copetín.

La pareja, dijo sentirse feliz por ser incorporados en los Programas Sociales de la SAS, sobre todo porque siempre han deseado dar una mejor educación a su hijo menor.

Otra puerta que se abre para la mediática familia de Kambala que tuvo como protagonistas al pequeño Ángel y al gallo Felipe. Son historias de vida impregnadas de sueños que quizás no siempre se convierten en realidad, pero que llevan consigo la fe y el deseo de lograr que quienes amamos puedan lograrlo. Cambiar la condición de vida de nuestros hijos es un sentir común y mucho más cuando deseamos que ellos puedan alcanzar objetivos más elevados que los nuestros.

Fuente: SAS

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