Por Bernt Entschev
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Imagínese la situación: usted va a hacer una entrevista de empleo y siente que le fue muy bien. El puesto es interesante y la empresa se presenta como confiable, con ambiente organizacional agradable, metas claras a alcanzar y jefe accesible. En fin, todo lo que usted quería. Entonces usted conquista la vacante y comienza a trabajar. Pero, en la práctica las cosas son un poco diferentes...
Puede parecer poco probable, pero la situación arriba no es tan difícil de que suceda. En el momento de la selección, una empresa puede ofrecer determinado sueldo, beneficios, condiciones favorables y después, todo puede ser muy diferente, incluso el cargo que el postulante iría a ejercer. Mucho se habla de la necesidad de honestidad del postulante en el momento de la entrevista de empleo, pero se debe destacar que la contrapartida también es necesaria. Eventualmente, las personas tienen falsas impresiones sobre la empresa y viceversa. Pero cuando hay realmente un intento de vender gato por liebre, es necesario estar atento para reaccionar de forma adecuada.
Hace algunos años, colaboré con una gran empresa a reclutar un director financiero. Con los criterios de confianza y sigilo necesarios, pregunté a la dirección cómo era su gestión, el cotidiano de la organización, si solían trabajar con el llamado "caja oculta". La dirección me garantizó que no, la gestión era transparente y seguía todas las leyes sin resbalones. Con base en esto, buscamos un profesional con el perfil adecuado. Quince días después de haber ingresado, él me llamó, avisando que iba a pedir dimisión, pues la empresa tenía ese flujo de caja 2, caja 15, caja 23... O sea, una inmensa confusión.
De modo general, en una situación parecida, lo que recomiendo es cautela. Primero, si las situaciones fueran claras y objetivas, como falta de pago de beneficios o jornada de trabajo incompatible, es relativamente fácil recurrir a la Justicia del Trabajo para solicitar derechos legales.
Si las cuestiones fueran intangibles, como un ambiente organizacional malo, situaciones en que la empresa sigue estándares que contrarian los valores personales o la exigencia de comportamiento ilegal o inadecuado, inicialmente lo mejor es intentar, con su ejemplo, modificar estas condiciones. Muchas veces, una persona, a partir de sus actitudes, logra movilizar a los compañeros de trabajo y modificar el ambiente o conducta de la empresa.
Si esto no fuera posible, dimítase lo antes posible. Intentar adaptarse solo lleva a la pérdida de potencial. Usted trabajará sin motivación y, probablemente, triste. En cualquier situación, adherir a algo que usted cree equivocado es una pésima idea. Piense en eso.