La nueva presidenta electa de la República de China Taiwán pronunció su discurso inaugural ayer ante una multitud congregada en Taipei, la capital.
Taipei. Arturo Peña. Enviado especial.
"Hace unos momentos, en el edificio de la Oficina Presidencial, el Dr. Chen Chien-jen y yo juramos oficialmente como los 14vos. Presidente y Vicepresidente de la República de China. Debemos expresar nuestro agradecimiento a esta tierra por criarnos y al pueblo por la confianza que depositan en nosotros. Lo más importante, apreciamos profundamente las instituciones democráticas de este país, que han permitido alcanzar la tercera transición del poder político de Taiwán a través de un proceso electoral pacífico". Estas fueron las palabras de apertura del esperado discurso inaugural de la nueva presidenta de la República de China Taiwán, Tsai Ing-wen, quien hizo posesión del cargo ayer en una ceremonia realizada en el palacio presidencial, en la capital, Taipei. Posteriormente, la mandataria se dirigió a una multitud que aguardaba en la explanada.
Un colorido desfile de comparsas y elencos artísticos que fueron contando la historia de Taiwán, así como el paso de las fuerzas militares, antecedieron a la aparición de la presidenta en el escenario central. Tsai Ing-wen tomó el mando del país tras ganar las elecciones generales de enero de este año, representando al Partido Democrático Progresista, hasta entonces opositor al poderoso Partido Kuomintang, que cedió el poder.
Las relaciones con China continental fueron el centro del debate tras la derrota del partido oficialista en y ante la línea política independentista que profesaba el PDP. Por ello, el discurso de ayer era esperado con mucha expectativa. "Me gustaría decirles que, con respecto a los resultados de las elecciones del 16 de enero, siempre he tenido una sola interpretación. El pueblo eligió a un nuevo presidente y un nuevo gobierno con una única expectativa: la solución de problemas ", siguió diciendo la mandataria durante su discurso.
Acciones
En otro momento de su discurso, Tsai Ing-wen dio algunas pautas claras sobre las acciones que llevará adelante su gobierno, pintando un panorama de grandes desafíos y una suerte de visión crítica sobre el gobierno que hereda de manos del Kuomintang: "Nuestro sistema de pensiones irá a la quiebra si no se reforma; Nuestro sistema educativo rígido está cada vez más fuera de contacto con la sociedad; Nuestra energía y los recursos son limitados, y nuestra economía carece de impulso. Este país necesita urgentemente un nuevo modelo de desarrollo económico; Nuestra población está envejeciendo rápidamente , mientras que el sistema de atención a largo plazo sigue siendo insuficiente; Nuestra tasa de natalidad sigue siendo baja", señaló la presidenta. También advirtió sobre altos niveles de contaminación y la situación fiscal del país, que "está lejos de ser optimista. Nuestro sistema judicial ha perdido la confianza de la gente".
La paz
Uno de los puntos que generó varias suspicacias en algunos sectores fue el del relacionamiento con China continental. Sin embargo, como sostenía gran parte de los analistas políticos, el discurso apuntó más bien hacia la preservación de la paz en la zona, lo que implica el mantenimiento del status quo. "También vamos a trabajar para mantener los mecanismos existentes para el diálogo y la comunicación a través del estrecho de Taiwán. En 1992, las dos instituciones que representan a cada lado a través del Estrecho (SEF y la ARATS), a través de la comunicación y negociaciones, llegaron a diversos reconocimientos conjuntos y entendimientos. Fue hecho en un espíritu de comprensión mutua y una actitud política de buscar un terreno común dejando de lado las diferencias. Yo respeto a este hecho histórico. Desde 1992, más de veinte años de interacciones y negociaciones a través del estrecho han permitido resultados que ambos lados deben apreciar y sostener colectivamente", expresó la presidenta.
Delegaciones de varios países del mundo, y en especial de los 22 gobierno que mantienen relaciones diplomáticas con la isla, participaron del gran evento. La delegación paraguaya, encabezada por el presidente Horacio Cartes, fue una de las más numerosas y recibió un trato destacado, al ser Paraguay el primer país en ser recibido en una reunión bilateral por la flamante mandataria.