Los cubanos, algunos con más curiosidad que dinero, se volcaron a los supermercados ayer atraídos por la primera rebaja de precios de alimentos dispuesta por el gobierno comunista en décadas ante el creciente reclamo de una población castigada por los bajos salarios.

"¡Era lo que estábamos pidiendo desde hace años, que bajaran un poco los alimentos! Porque comer en Cuba es un lujo que pocos se pueden dar", dijo el electricista Rafael González (42) en la plaza Carlos III, uno de los supermercados más populares de La Habana. Aprovechando la rebaja, González se gastó 25 dólares en cárnicos, pero lamentó que "otros productos como el queso y el yogur no se beneficiaron con la rebaja".

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