Jad Mouawad

Los mercados del petróleo volvieron a la casilla uno.

El fracaso de los principales productores para ponerse de acuerdo sobre la congelación de la producción durante una reunión muy esperada en Doha, Qatar, en este fin de semana, subrayó el aún largo y doloroso camino a recorrer para estabilizar los mercados de energía.

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La noticia empuja hacia abajo los precios del petróleo, ya que los operadores fueron sorprendidos por la falta de acuerdo. Los mercados habían asumido que un acuerdo estaba cerca cuando los ministros de energía de los miembros de la Organización de Países Exportadores de Petróleo, así como Rusia se reunieron el domingo.

Sin embargo, a última hora, la ausencia de Irán, uno de los mayores productores de la OPEP, ayudó a sabotear cualquier acuerdo después de que Arabia Saudita insistiese en que todo el grupo participara en el acuerdo. Con ganas de aumentar la producción de crudo a los niveles anteriores a la sanción, Irán había descartado una congelación de la producción y en la víspera de la reunión decidió no asistir a la reunión de Doha.

Si bien la reunión de Doha podría haber ayudado a sentar las bases para una suave recuperación en los mercados de energía, el camino por delante promete ser lleno de baches, dado el exceso de petróleo en el sistema. Analistas del sector esperan ahora que los mercados de petróleo tomen más tiempo para reequilibrar todo, a medida que la producción decae lentamente y el crecimiento de la demanda eventualmente la igualará.

Pero, sin un acuerdo, la incertidumbre pesó sobre los mercados el lunes.

Los precios a futuros del crudo en Nueva York cayeron un 1,4 por ciento, a 39,78 dólares el barril. En Londres, el crudo Brent cayó casi un 7 por ciento en las primeras operaciones, pero recuperó la mayor parte de sus pérdidas al final del día. Las fluctuaciones hacia del lunes fueron limitadas debido a una huelga de trabajadores petroleros en Kuwait que tiene un peso significativo sobre la producción allí.

El fracaso de la reunión de Doha puso de relieve una vez más que los mercados de la energía –y en particular el del petróleo– se mantienen en gran medida rehenes de la rivalidad entre Arabia Saudita e Irán por el liderazgo e influencia en el Medio Oriente.

En lo que podría ser visto como un disparo de advertencia, el príncipe adjunto de la corona saudí, Mohammed Bin Salman, dijo antes de la reunión del viernes que Arabia Saudita podría aumentar su producción de crudo en más de un millón de barriles al día inmediatamente.

"Si este es el disparo que detonará una nueva guerra de precios, entonces no vamos a conseguir el empate de inventario que estábamos proyectando para este verano (boreal) y, en lugar de eso, el stock irá aumentando en el otoño (también boreal), eso sí será una invitación al riesgo de nuevos precios bajos", dijo Jan Stuart, economista global de energía en el Credit Suisse.

Los precios del petróleo se desplomaron en el último año después de que grandes productores, encabezados por Arabia Saudita, decidieron inundar el mercado y bombear crudo al tope para conseguir aumentar su participación de mercado. Ostensiblemente, la política estaba dirigida a desplazar fuera del mercado a los productores de alto costo de los Estados Unidos.

Sin embargo, al escalar su producción a su máxima capacidad, Arabia Saudita también estaba haciendo daño a otros productores de petróleo dentro de la OPEP, incluyendo a Irán y Rusia, que no es un miembro de la mencionada organización. Pero ambos países necesitan precios más altos para equilibrar sus presupuestos.

Sin embargo, la estrategia fracasó y llevó a una saturación de los mercados de petróleo que, a su vez, empujó los precios a sus niveles más bajos en años.

La idea de una congelación de la producción surgió en febrero, ya que los precios cayeron por debajo de 30 dólares el barril y, en un principio, ayudó a provocar un rebote en el mercado. En ese momento, Arabia Saudita, Rusia, Qatar y Venezuela habían acordado, en principio, una congelación en la producción, pero quedó pendiente de la participación de otros productores importantes.

Después de la reunión, funcionarios de los países productores de petróleo dijeron que iban a trabajar en un nuevo acuerdo para la próxima reunión de la OPEP, que tendrá lugar en Viena en junio.

Al mismo tiempo, los precios más bajos empiezan a hacerse sentir. La semana pasada, la Agencia Internacional de Energía dijo que los mercados mundiales del petróleo "se acercarían al equilibrio" en la segunda mitad del año, ya que los precios más bajos afectan a los productores fuera de la OPEP.

Se espera que el exceso de oferta mundial de petróleo caiga a 200.000 barriles por día en los últimos seis meses del año, de 1,5 millones en el primer semestre, dijo la agencia en su informe mensual de petróleo dado a conocer el jueves. El grupo encontró que, fuera de la OPEP, la producción se reducirá en la mayor cantidad desde 1992 a medida que el boom estadounidense del petróleo de esquisto se tambalea.

"No hay ninguna duda en cuanto a la dirección de desplazamiento hacia el equilibrio entre la oferta y la demanda", de acuerdo con el asesor de energía para las naciones industrializadas. "Hay indicios de que la muy esperada caída en la producción de petróleo ligero en los EEUU se está acelerando".

Por esa razón, el resultado de la reunión de Doha podría ser discutible, de acuerdo con un informe reciente del HSBC.

"El acuerdo solo habría sido de importancia simbólica, en nuestra opinión, y no habría alterado los fundamentos de la oferta", dice el informe. "Seguimos viendo una clara evidencia de que el reequilibrio del mercado se acerca y esperamos que los precios cambien a una tendencia alcista a medida que el mercado se ajusta en la segunda mitad del año".

Aún así, sigue habiendo mucha incertidumbre, sobre todo en lo que sucede con Arabia Saudí e Irán. Los comentarios del viernes del príncipe Mohammed sugirieron que el actual enfrentamiento entre Arabia Saudita e Irán podría durar varios meses más, lo que representa la renovación de la incertidumbre sobre la dirección de los mercados energéticos.

"No estoy sugiriendo que deberíamos producir más, pero podemos producir más", dijo en una entrevista con Bloomberg News el Príncipe Mohammed, que es ministro de Defensa de su país y presidente del Consejo Superior de la Saudi Arabian Oil Company, la cual establece la política petrolera en el reino.

Arabia Saudita produjo cerca de 10 millones de barriles por día en los primeros tres meses del año. Los analistas dudan de cuánto tiempo el reino podría ser capaz de aumentar la producción de manera sostenible y bombear 11 millones de barriles por día, algo que nunca ha hecho antes.

"Los titulares de fin de semana subrayarán aún más el ya elevado nivel de volatilidad de los precios", escribieron en un informe los analistas de Goldman Sachs,.

Prashant S. Rao contribuyó desde Londres y Amie Tsang desde Hong Kong.

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