Ante las insistentes movilizaciones de los sectores campesino y cooperativista en la capital del país, el arzobispo de Asunción, Edmundo Valenzuela, pidió ayer que se ponga en primer lugar la paz pública.

El pedido fue hecho durante la misa realizada en la Catedral de Asunción en recordación a la masacre de Curuguaty, ocurrida el 12 de junio del 2012, donde fueron abatidos 11 campesinos y 6 policías en un reclamo de tierras en el departamento de Canindeyú.

"Estamos viviendo momentos difíciles, estamos rezando por un bien mayor no por los bienes parcializados, cada grupo social busca su propio bien y debe ser, pero hay que ver que hay un bien mayor que es precisamente la paz pública, la paz de nuestro país", señaló el arzobispo.

En este sentido, señaló que debe existir una conciencia que cualquier brote de violencia puede ser peligroso. "Una chispa que puede encender discordias nadie no para más. Por eso pedimos a Dios su sabiduría porque estamos viendo en el conflicto entre los campesinos y cooperativistas y el Gobierno que haya una mesa diálogo", indicó Valenzuela.

Luego reiteró que se debe instalar una mesa de diálogo para resolver las problemáticas del campo, pero no una mesa de diálogo de algunas horas, sino de un diálogo constante entre el Gobierno y el sector campesino. "Una mesa de diálogo implica estudiar en profundidad todos los problemas de larga data que vamos llevando y cuya solución no es tan sencilla", puntualizó.

DESVINCULACIÓN DE RACHID

Por otra parte, un grupo de estudiantes de la Facultad de Filosofía de la Universidad Católica pidió la destitución del cargo de docente de cátedras en la institución del fiscal Jalil Rachid, ex fiscal acusador del caso Curuguaty. "Pedimos su desvinculación por todas las irregularidades que se dieron durante su período como fiscal de la causa de Curuguaty", dijo Alicia Díaz, una de las estudiantes.

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