POR ÓSCAR GÓMEZ
Olimpia cerró el libro llamado Copa Libertadores 2016 con una sonrisa y dejando saldo positivo para la evaluación de los jugadores en cuanto al torneo Apertura respecta, competencia que el Franjeado lo tiene entre ceja y ceja tras haber quedado oficialmente fuera de la Copa la semana pasada.
Porque Fernando Jubero anoche puso un equipo alternativo, con jugadores que no vienen teniendo minutos y la mayoría de estos respondieron de muy buena forma. El rival tampoco mostró demasiado, ya clasificado se puede decir que hasta por inercia no arriesgaron tanto, pero tampoco tienen muchos argumentos. Todo esto para que Olimpia triunfe por 4 a 0 en su despedida de la Libertadores y continúe con la tendencia Jubero: victoria y goleada.
Habrá dormido bastante tranquilo el entrenador franjeado anoche con el partido que hicieron Claudio Vargas e Iván Torres, quienes produjeron la sensación de que nunca dejaron de jugar durante más de un mes, especialmente Vargas, quien estuvo muy participativo y con la derecha intacta. El equipo alternativo no renunció a la filosofía del DT de los últimos partidos. Si bien no desbordó por las bandas con la misma profundidad que lo hacen Julián Benítez y Alejandro Silva, las utilizaron para ir madurando los ataques. Vargas y Torres, justamente, marcaron los dos primeros goles del equipo de Jubero. El primero con un gran remate de pierna derecha y el segundo con un cabezazo con el arco descubierto.
El partido seguía con trámite de entrenamiento. Olimpia bastante superior y Táchira perdido. En ningún momento el equipo de Maldonado mostró algo de rebeldía siquiera, ni con los cambios. Tiene que trabajar muchísimo el DT uruguayo que dirige al aurinegro venezolano si quiere aspirar a algo más que octavos de final.
Fredy Bareiro y Gustavo Mencia –que ayer jugó de central– ratificaron la goleada y luego Jubero buscó probar a otros jugadores con miras a lo que se viene: Gianlucca Fatecha, Nery Cardozo y Sebastián Ferreira tuvieron sus minutos.
Sirvió para sacar conclusiones y caminar por la puerta grande de la Copa, con la cabeza bien en alta y como lo dice su entrenador, esperar volver a entrar por la misma puerta en la edición próxima.