Por Clari Arias

@clariarias

Días pasados dos periódicos de tirada nacional, Abc Color y La Nación, publicaron datos de una licitación y adjudicación de equipos informáticos de la Comisión Nacional de Telecomunicaciones a la firma Datalab. El diario Abc publicaba el día 5 de abril un rimbombante titular: "Conatel compró computadoras a un precio muy superior al del mercado"; mientras que La Nación ponía en la tapa de su edición de ayer 6 de abril el llamativo gancho de titular: "Empresa con dudoso historial accede a licitación". Ambas publicaciones se referían a la Licitación Nº 8 del año 2015, por la cual el ente regulador adquirió 54 computadoras de escritorio y 13 computadoras tipo notebooks.

Al ver el nombre de la empresa de un amigo involucrada en tan serias acusaciones, por supuesto que tomé el teléfono y le pregunté acerca de ambas publicaciones. Este empresario me informó, en shock por lo que le conté de lo publicado, que estaba por el exterior y que procuraría ver ambas publicaciones en línea. Así lo hizo para responderme unas horas después y tener la gentileza de enviarme cada detalle de aquella licitación y confesarme que su margen de utilidades en aquella operación fue inferior al 15%. Terminó por decirme que lo que más lamentaba de las acusaciones (o insinuaciones) es que ninguno de los diarios publicó la versión que tenía para dar la empresa Datalab, y lo que es peor, los responsables de la publicación en el diario La Nación ni siquiera se comunicaron con él o con sus colaboradores para preguntarles sobre dicha licitación.

Motivado tal vez por la ira de ver publicado el nombre de la empresa de un amigo y porque sé cómo se hacen algunas "investigaciones" en los diarios de la prensa local, comencé a cotejar los datos que me ofreció la empresa difamada con los de otras dedicadas al rubro informático. En menos de dos horas quedé sorprendido acerca de los resultados que arrojó la comparación de precios de los equipos que solicitaba la licitante (teniendo en cuenta cada especificación técnica del pliego) disponibles al alcance de todos, aun para los neófitos como yo en temas informáticos. Por ejemplo, los periodistas investigadores de ambos diarios, Abc Color y La Nación, mencionan en sus sendas publicaciones que uno de los requerimientos para la provisión de notebooks era que éstas incluyan softwares legales Office y Adobe, que cuestan en promedio en el mercado unos 550 dólares (?).

Tampoco me llevó mucho esfuerzo ingresar a la página oficial de la fabricante de las computadoras (DELL) y confirmar que ofertan la misma notebook vendida a Conatel en US$ 1.779 dólares, sin softwares o especificaciones solicitadas por la licitante y sin otros costos como flete, despacho y, por supuesto, el lucro de la empresa. Nada de esto tuvieron en cuenta los periodistas que hicieron sus "investigaciones", sino que se concentraron en hacer las famosas comparaciones de precios (obviando, por lástima, las especificaciones técnicas del pliego), para el deleite de incautos lectores y para el goce de opinólogos que se quedan apenas y con el título de publicaciones mal escritas, mal pensadas y mal "investigadas".

Debo presumir a raíz de los gruesos errores en las publicaciones –que coincidentemente se dan en la misma semana– que los "informantes" de ambos periódicos constituyen una misma fuente, porque induce a ambos prestigiosos diarios a cometer los mismos errores, salvo el garrafal del diario La Nación que sentencia que Datalab ha sido inhabilitada como proveedora del Estado en dos ocasiones, cosa que no ocurrió nunca, según sus gerentes.

No estoy como columnista de este periódico para hacer de censor y mucho menos de profesor, porque claramente para ambas actividades no reúno cualidades. Aun así no puedo dejar pasar la decepción que me producen dos medios de comunicación caros a mis afectos, cuando publican pasquines, dejando de lado el rigor y la disciplina necesarios para derribar a la corrupción y a los corruptos.

La levedad en cualquier actividad puede pasar de largo. Pero en el periodismo es imperdonable.

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