POR ÓSCAR GÓMEZ
De a poco Olimpia va tomando forma y lo hace jugando bien, siendo muy superior al rival por momentos y por sobre todo, en una característica única de los equipos de Fernando Jubero, con mucha contundencia, pese a que ayer perdonó en incontables situaciones. Aún así, triunfó 3 a 0 y sumó su quinto partido sin conocer derrotas entre el torneo local y la Copa Libertadores.
Los extremos franjeados se volvieron muy importantes en estos últimos partidos y se convierten en factores determinantes para que el equipo de Jubero llegue a los goles, o por lo menos genere situaciones claras de gol.
Ayer Benítez jugó uno de sus mejores partidos desde que está en Olimpia. Por momentos creó una sociedad importante con Mencia por izquierda y consiguió desequilibrar por esa zona. Pero el costado derecho de Alejandro Silva no se quedó atrás. Es indiscutible la velocidad y la capacidad de encarar que tiene el uruguayo y a eso le agrega el gol, que lo marcó ayer cerrando sobre su sector tras un centro que llegó desde la derecha.
El cuadro de River Plate intentaba pararse en la cancha. Pavani, DT del Kelito, puso a Blas López y Rodrigo Resquín para tratar de generar juego, intentando conexiones con Maciel en ataque y Aveiro y Miño por los costados. Pero le era difícil hacer tres o cuatro pases seguidos, por lo que el balón caía en los pies del rival y ahí estaba el problema: la deficiencia en la marca. Olimpia manejaba a placer el balón en el mediosector y eso se acrecentó con el ingreso de Mendieta, que marcó el segundo tras una excelente jugada colectiva, y Pittoni. José Ariel Núñez se encargó de cerrar el marcador luego de una serie de toques que dejaron mareado al cuadro del barrio Mburicaó que sigue sin levantar cabeza y queda cada vez más hundido en la parte baja de la clasificación.
Olimpia pasó de ser un equipo goleado a uno contundente, que va asomando de a poco la cabeza, luego de salir del pozo y hace festejar a su gente en cada partido.