Washington, Estados Unidos | AFP.

Barack Obama llega este domingo a Cuba para sellar un acercamiento entre dos países inimaginable hasta hace muy poco tiempo y unánimemente saludado en todo el mundo. Un éxito de su política exterior, que contrasta con la polémica que suscitan sus decisiones en Medio Oriente.

La prudencia es la palabra clave de la política exterior del 44° presidente de Estados Unidos, elegido con la promesa de poner a fin a dos guerras (Irak y Afganistán). Cuando llamó a escribir "un nuevo capítulo" con ese país situado frente a la Florida, demostró sin embargo una audacia que ninguna de sus predecesores había mostrado.

Cuando el avión presidencial Air Force One aterrice el domingo en Cuba, dos días después del que llevará al presidente venezolano, Nicolás Maduro, y cerca de un siglo después de la última visita de un presidente estadounidense en ejercicio, Obama pasará una página de la historia de Estados Unidos y permitirá que cambie la imagen de la primera potencia mundial en toda América Latina. Acompañado en ese viaje por su mujer, Michelle, y sus dos hijas, Malia y Sasha, se reunirá a solas con el presidente cubano, Raúl Castro. No está prevista, en cambio, ninguna entrevista con su hermano mayor, Fidel, alejado del gobierno desde hace una década.

Obama, quien también se reunirá con disidente y actores de la vida económica, dirigirá el martes un discurso a todos los cubanos a través de la radio y la televisión, como el 17 de diciembre de 2014, cuando anunció desde la Casa Blanca el acercamiento entre los países hostiles. "Consideramos ese discurso como un momento único en la historia de nuestros dos países", explicó Ben Rhodes, asesor cercano del presidente estadounidense, quien dirigió durante 18 meses las negociaciones secretas con La Habana.

Visita en familia de la ciudad vieja, homenaje al padre de la independencia José Martí en la plaza de la Revolución, partido de béisbol: el viaje de tres días también estará lleno de eventos simbólicos e imágenes fuertes.

Proceso de normalización de relaciones "irreversible"

La apuesta de la Casa Blanca es establecer suficientes vínculos, a pesar del embargo económico que el Congreso se niega por ahora a derogar, para dificultar cualquier paso atrás cualquiera sea el presidente de EEUU en 2017.

"Queremos que este proceso de normalización sea irreversible", destacó Ben Rhodes, quien insiste en el impacto de las políticas ya emprendidas: facilitación de los viajes, flexibilización de las restricciones comerciales.

A quienes le reprochan que no haya conseguido concesiones reales del parte del régimen castrista, en particular en materia de derechos humanos, el presidente Barack Obama promete discusiones "francas" e insiste en la necesidad de romper con el aislamiento, que considera estéril. Se trata de la llegada a Cuba del primer presidente negro de EEUU -30 años más joven que Raúl Castro.

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