Una nueva investigación sugiere que dejar de fumar de repente supera a un método más gradual. El estudio encontró que tras cuatro semanas, casi la mitad de los que habían dejado de hacerlo "de golpe" seguían sin fumar. Pero entre las personas que abandonaron el hábito de forma gradual en un período de dos semanas, solo el 39% seguían sin fumar a las 4 semanas, dijeron los investigadores.

"La mayoría de personas pensaba que ir reduciendo les sentaría mejor", apuntó la autora líder del estudio, Nicola Lindson-Hawley, investigadora de la Universidad de Oxford, en Reino Unido. "Pero independientemente de lo que pensaban, resulta que les fue mejor al intentar dejarlo de golpe".

Los hallazgos del estudio aparecen en la edición de este mes de marzo en la revista Annals of Internal Medicine. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), el cigarrillo mata alrededor de 5 millones de personas al año en todo el mundo.

Los fumadores que intentan abandonar el hábito con frecuencia sufren de estrés, hambre y aumento de peso, según los CDC. Todo esto contribuye a unas tasas bajas de abandono. Pero estrategias como el uso de terapia de reemplazo de nicotina y la consejería pueden resultar útiles. Y muchas personas sí logran dejarlo, aunque tengan que intentarlo varias veces.

La más reciente investigación incluyó a poco menos de 700 fumadores adultos de Inglaterra. Los participantes del estudio fumaban en promedio 20 cigarrillos al día. Más de ocho de cada diez participantes eran blancos. La edad promedio de fumadores era de 49 años, y la mitad eran mujeres.

Los voluntarios del estudio se asignaron al azar a dejar de fumar de forma abrupta o a reducir poco a poco en un 75% en un transcurso de dos semanas, según detalló IntraMed.

El día antes de dejar de fumar, los que lo hicieron de forma gradual usaron parches de nicotina más productos a corto plazo, como chicle y pastillas. Los que dejaron de fumar abruptamente solo usaron parches de reemplazo de nicotina. Los investigadores hicieron seguimiento a las cuatro semanas y a los seis meses tras el inicio del experimento. Se usaron análisis de sangre para confirmar si los fumadores en realidad habían abandonado el hábito.

A las cuatro semanas, el 39% de los que habían dejado de fumar de forma gradual habían abandonado el hábito, frente al 49% de los que dejaron de fumar de forma abrupta. A los seis meses, el 16 por ciento de los que abandonaron el hábito de forma gradual y el 22 por ciento de los que lo abandonaron de forma abrupta seguían siendo no fumadores, halló el estudio. Los porcentajes de fumadores que tuvieron éxito podrían parecer bastante bajos, pero Lindson-Hawley dijo que esos porcentajes son normales.

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