En el país, cerca del 30% de los escolares presentan sobrepeso u obesidad, esto es, 1 de cada 3 niños/as y adolescentes se encuentran excedidos en su peso. ¿La meta de Paraguay? Reducir la prevalencia en los próximos 10 años.

La obesidad infantil es un fuerte predictor de la obesidad en la adultez. Además de una enfermedad, es a la vez un factor de riesgo para el desarrollo de patologías crónicas no trasmisibles como la diabetes, los problemas cardiovasculares y ciertos tipos de cánceres.

El consumo de alimentos poco saludables como las comidas rápidas o también denominadas "chatarras", con alto contenido graso y sal, los snacks y las bebidas azucaradas como gaseosas y jugos envasados favorecen a la malnutrición de esta franja poblacional. Estos tipos de comestibles han sido reconocidos como uno de los principales contribuyentes y factores de riesgo de la obesidad infantil, razón por la cual la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha pedido a los países restringir su promoción y publicidad dirigida a los/as niños/os y adolescentes, ya que influye en las preferencias, solicitudes de compra y consumo.

La adopción de hábitos alimenticios saludables desde temprana edad (consumo de frutas y verduras a diario) permitirá disminuir la carga de la obesidad infantil y frenar la predisposición de enfermedades crónicas en la adultez.

La gran carga de la obesidad en nuestro país impone tomar medidas que favorezcan la prevención y reducción de los factores de riesgo y la intervención en el ambiente obesogénico.

Lucha contra la obesidad infantil

Para hacerle frente a la epidemia del siglo XXI, Paraguay cuenta con una Estrategia Nacional para la Prevención y el Control de la Obesidad 2015-2025, la cual se ha elaborado en el marco del Plan Nacional de Acción para la Prevención y el Control de las Enfermedades No Transmisibles 2014-2024.

Mediante esta estrategia se apunta a reducir la prevalencia de obesidad en la población paraguaya en los próximos 10 años. Constituye en una política pública nacional de lucha contra la Obesidad.

Consta de 4 áreas que definen el ámbito de acción y metas por ciclo vital. Las áreas estratégicas contemplan acciones normativas, de fiscalización y políticas que favorecen la implementación de medidas de prevención de la obesidad, la promoción de la salud y el manejo integral de la obesidad, así como la vigilancia, investigación e información para la correcta toma de decisiones.

Fuente: MSPBS.

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