Cuando acabe este año habrá 6.400 millones de objetos conectados a internet en todo el mundo. La red interconectan los lugares más alejados del planeta y, a la vez, hacen íntimos a sensores de temperatura, electrodomésticos y hasta grifos de cerveza y posavasos inteligentes. Eso sí, el mundo de lo eternamente conectado necesita consumir una enorme cantidad de energía.

Como en solo cuatro años la cifra de objetos con acceso a internet superará los 20.000 millones, cabe ir pensando en cómo ahorrar en la factura de la luz (y en el gasto en pilas) que supone tenerlos enchufados. Ahora, unos ingenieros eléctricos, mano a mano con informáticos, han probado un tipo de wifi que utiliza solo la diezmilésima parte de la electricidad que gasta el más ahorrativo de los sistemas inalámbricos actuales.

"PASIVO"

Los autores del experimento, liderados por dos jóvenes doctorandos de la Universidad de Washington (EEUU), tenían una idea en mente: demostrar que se pueden transmitir datos por wifi sin apenas consumir energía. Han acuñado el concepto de wifi pasivo para describir la base de su sistema: en lugar de que el router tenga que emitir continuamente señal, aprovechan que las ondas de radio, en determinadas condiciones, tienen capacidad de reflejarse y rebotar.

Es lo que hace el chip que usa el experimento con la señal que le llega desde el router: transmite datos rebotándolos y eso exige menos esfuerzo, en energía, que emitirlos desde cero. Ese chip pasivo da nombre a todo el sistema y rompe con la manera tradicional de transmitir información.

"Las emisiones de radio que hemos estado usando todos en los últimos cien años se basan en la generación activa de señal", explica desde Seattle Vamsi Talla, uno de los estudiantes de doctorado embarcados en el proyecto.

De momento, el experimento se ha centrado en un tipo de wifi muy común, el estándar 802.11b, que usan muchas redes inalámbricas públicas, pero que no permite mucho ancho de banda. Las esperanzas del grupo apuntan a conseguir aplicar ese fenómeno de reflexión de las ondas, que se denomina retrodispersión, a otros tipos de wifi: "De hecho, ya estamos trabajando para conseguirlo", recalca el investigador de origen indio.

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