Por Laura Ramos

Directora del Club de Ejecutivos del Paraguay

Leí hace poco la historia de vida de Walt Disney, si bien muchos conocerán sus productos y parques, pocos quizás conozcan el camino que recorrió para llegar al imperio que es hoy día. Walt Disney fue un hombre curioso, el cual no se dejó vencer por sus tantos cambios de dirección. La vida lo llevó desde ser un repartidor de diarios hasta ser un voluntario de la Cruz Roja en la Primera Guerra Mundial con tan solo diecisiete años. Luego pasar por varios intentos y a su vez fracasos de ser emprendedor, ante lo cual no se dio por vencido y logró, con mucho esmero y con solo cuarenta dólares, llegar a Los Ángeles a poder cumplir su sueño americano. Su vida fue fascinante y como se imaginarán llena de tropiezos y dificultades, pero él tenía un sueño y no descansó hasta lograrlo.

Invitación al canal de WhatsApp de La Nación PY

Muchas veces tenemos la idea incorrecta que estas grandes empresas siempre fueron grandes, y siempre acertaron en sus decisiones y vemos desde afuera todo su esplendor y gloria. Pero lo que no sabemos es que para llegar a donde están parados hoy debieron recorrer un camino lleno de incertidumbres y de empezar de nuevo en muchos casos. Siguiendo con el caso Disney, está atravesó guerras, persecuciones políticas, de ser primeramente colaborador del gobierno en la realización de películas con el objetivo de educar e inculcar los valores americanos, así como también ser colaborador directo del FBI, W. Disney pasó a ser una persona catalogada como posible sospechoso de simpatizar con ideologías nazis. Además de todo este ámbito político por el cual atravesó, tuvo que enfrentar una época muy dura de sindicatos, los cuales atentaban muchas veces con la producción de sus películas, sin las cuales no hubiese tenido ingresos para subsistir como compañía.

Otro punto a analizar es el estilo de liderazgo que conformó Disney para el logro de sus sueños. Walt, según sus biografías, tenía una relación muy estrecha con las personas que lo acompañaban a desarrollar sus cortos, tanto que cuando éstos firmaban contratos con otras compañías y dejaban a Disney, él lo tomaba como algo muy personal. Él tenía el concepto de que la compañía era una gran familia, sin todos los avances en conocimientos y desarrollo de teorías de recursos humanos que tenemos en la actualidad, esta era una manera diferente de liderar para la época.

Es innegable que la determinación de un fundador, como la de W. Disney, llega más allá de una generación y se transmite al pasar de los años, llegando a lograr cosas impensadas, como, por ejemplo, que los cortos de animación fueran de consumo masivo y que esto permitiera generar toda una industria a partir de ellos. Llevando todo esto al plano particular empresarial, lo que debemos analizar y detenernos a pensar es cómo evitar las muchas veces que este espíritu del fundador se va perdiendo con el paso de los años, no tan solo en la misma persona que engendró el sueño, sino también en la cultura de las empresas al pasar los años. Ante esto, creo ejemplar el caso Disney, ya que han mantenido y hasta podría decir superado el sueño del fundador, llevando la esencia del negocio de crear felicidad a ser un imperio empresarial digno de imitar.

¨Las oportunidades pequeñas son el principio de las grandes empresas". Demóstenes.

Déjanos tus comentarios en Voiz