Eduardo Arriagada

Profesor de la Facultad de Comunicaciones de la UC de Chile

Cada año, en febrero, uso mis columnas en diarios para realizar una introducción a Twitter, para personas que quieran tomarse en serio este espacio. Esta será la primera de cuatro columnas dedicadas al tema, hoy veremos cómo entrar a la red.

A pesar de que vengo fomentando incorporarse a las redes sociales desde el 2008, no hay un mes en que deje de encontrarme con personas o instituciones que todavía no ven clara la conveniencia de aprovechar este espacio. La principal razón es simple, lo difícil que resulta explicarlo correctamente.

Esta semana, las redes estallaron por la noticia de que la línea de tiempo que leemos en Twitter de lo que publican quienes seguimos empezaría a complementar el orden cronológico con el trabajo de un algoritmo, al igual que lo hace Facebook. Se trata de una reacción de la empresa a la falta de crecimiento de los usuarios en la red del pajarito, mientras otras como Instagram o Snapchat siguen aumentando sus usuarios activos. La razón de esta situación que estrangula financieramente a la empresa, tiene que ver con la dificultad que encuentran los usuarios casuales para aprovechar este espacio.

Hace unos años comenté que en el libro "Cuánto Twitter salió del cascarón", donde Nick Bilton, periodista del The New York Times, explica esta dificultad desde su origen, ni siquiera sus creadores manejan todavía una única explicación del objetivo de la herramienta. Para entender la relevancia de Twitter, lo que no debemos olvidar es que se trata de la red donde conversan líderes de opinión, los que siempre han estado al día: los enterados que existen en cada uno de los grupos sociales.

Si te convenciste que debes entrar lo primero es que, como en cualquier espacio social, debes completar un perfil personal. Debes colocar los nombres que aparecerán asociados a tu cuenta, ambos nombres (el nombre completo y el "nombre de usuario") serán públicos para los que se relacionan con ustedes en el nuevo espacio. Ambos podrán cambiarse las veces que quieran.

Si quieren conversar en Twitter para crear una audiencia, al final terminarán compartiendo sus datos reales. La verdad es que solo entonces experimentarán la gracia de este espacio. Como casi todo en la vida, Twitter no es gratis, en las redes sociales tu participación la pagás compartiendo tu intimidad, por eso ten presente siempre que la privacidad que aportes condicionará la calidad de la experiencia que obtengas.

Con la cuenta creada podrás empezar a publicar ideas o aportes. Para referirse o llamar la atención de otra persona activa en Twitter uno usa el nombre de usuario de esa persona precedido por un signo @ (por ejemplo @earriagada) y para repetir a mis seguidores algo interesante otro "tuiteó" se usa poner antes de la @ las letras RT (el llamado retuiteo, p/e RT @earriagada).

La dificultad para entender esta red es consecuencia de un problema que también es una de las ventajas de la herramienta: como fue diseñada para servir a distintos fines hoy puede ser usada de formas diversas, lo que explica que las pueda usar con el mismo éxito cualquier adolescente como el mismísimo pontífice romano. Si asumieron que su trabajo está condicionado por las comunicaciones deben usarlo.

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