Por Josefina Bauer, Socia del Club de Ejecutivos del Paraguay

Cuántos comentarios recibimos diariamente en nuestro entorno ¿Cuántos de ellos suman? ¿Cuántos nos hacen crecer o sentir bien? Si pusiéramos en una balanza los positivos vs los negativos qué recibimos ¿Cuál gana? Y si pensamos en todos los comentarios que hacemos a las personas cercanas, ¿cómo está la balanza?

Generalmente las opiniones que emitimos no tienen una connotación negativa desde el vamos. No queremos hacer un mal con las mismas, sin embargo dañan a los demás.

Veamos algunos casos:

Las críticas constructivas

El propósito de una crítica constructiva es lograr un cambio favorable en la persona a quien se le hace el comentario, con respeto y buscando mejores resultados.

Por lo general, las personas buscamos comunicar nuestros pensamientos y expresar nuestras opiniones para influir en los demás, pero no tenemos en cuenta las necesidades o propósitos que tienen los otros.

Las críticas con el título de "constructivas" tienden a rebatir todo lo que no nos gusta: la manera de trabajar, de manejar, de comer, de vestir, etc., etc.. Hablamos sin mucho fundamento para decir lo que pensamos sin ponernos a reflexionar cómo impactan estos comentarios.

Dicen que la peor ofensa a una mujer es decirle que está gorda, se puede decirle cualquier cosa menos que "subiste un poco de peso" o "estás más gordita". Y si lo analizamos ¿qué ganamos nosotros con hacer ese comentario? ¿Dónde nos suma? ¿Hará que esa persona se ponga a hacer dieta porque les decimos que subió unos kilos?… Yo creo que lo único que ganamos es dañar a esa persona emocionalmente, nunca un comentario así podría sumar, ya existen espejos o balanzas para que sola decida bajar de peso o no.

La envidia sana

En la teoría la envidia sana es alegrarnos por lo que el otro tiene y que nosotros también queremos tener.

La envidia es un sentimiento nocivo, colmado de rencor y de malos deseos. Sucede en muchas ocasiones que para disminuir el efecto que la palabra "envidia" provoca le llamamos "envidia sana", con el propósito de que no sea tomado como un sentimiento negativo de la persona a quien le hicimos el comentario. Pero, ¿realmente existe la envidia sana? o ¿simplemente se trata de una hipocresía para quedar bien frente a otras personas?

Yo creo que el sentimiento de alegrarnos por los demás es amor, felicidad compartida pero nunca podría llamarse envidia, ni sana, ni enferma, ni media envidia.

En este mes de enero hay muchas personas de vacaciones, en la playa, disfrutando de unos días de paz, las redes sociales están colmadas de fotos que lo comprueban. Mi pregunta es: ¿en verdad te pone feliz que las personas estén disfrutando de esos días cuando vos estás trabajando encerrado en una oficina? Porque si la respuesta es sí sientes mucho amor hacia todos ellos, pero si la respuesta es no lamento decirte que no tenés envidia sana, sino que tenés envidia con todo el peso de lo que la palabra significa…

Le dije nomás

Estos comentarios son los que más restan, ni siquiera hacemos la previa de que es una crítica constructiva o que tenemos envidia sana, sino que decimos nomás las cosas y el otro debe recibirlas tal como vienen, sin picharse y sin ser susceptible.

Cuando los niños se pelean se dicen cosas muy hirientes. Y al preguntarles por qué hicieron ese comentario la respuesta es: "le dije nomás". Si no hacemos algo hoy para corregir esas acciones el día de mañana esos niños son jefes o compañeros de trabajo que "dicen nomás las cosas" sin pensar en las consecuencias de las mismas.

Si lo que les decimos a las personas no suma, si vamos a contar un chisme o criticar a otro para solo tener un tema de conversación, lo mejor es callarnos, porque no suma ni a la persona que te escucha –ni a vos mismo– dado que esto de alguna manera u otra siempre afecta a los demás.

"Las palabras son como las hojas, cuando abundan poco fruto hay entre ellas". Empecemos el año buscando que nuestras palabras tengan fruto, que sumen a quienes las reciben.

¡Feliz 2016!

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