Por Juan Carlos Zárate

Doctor y máster en Administración de Empresas

El comportamiento de nuestro mercado cambiario en todo el 2015 ha sido como el "fenómeno del niño" causando estragos en el día a día, dado que una de las noticias más apetecibles por una gran mayoría de la población era saber cómo "amaneció" la cotización del dólar, que ha llegado a picos máximos históricos durante los últimos 10 años, pues habíamos arrancado el 2015 con una cotización a la venta de G: 4.715, en tanto que hoy día las pizarras de las casas de cambios muestran un TC en el bordeline de los G. 5.850, equivalente a una depreciación cercana al 25%.

La última ocasión que se registraron estos números fue en abril del 2006, cuando la economía nacional transitaba por un camino de incertidumbre importante y aún no se encontraba la estabilidad financiera que se inició a partir del 2008.

En los últimos meses, la escalada de la cotización del dólar ha golpeado "fuerte" a la economía local, siendo la más afectada la clase media de la población, en tanto el sector ganador el exportador.

Si bien es dable reconocer que la escalada en la cotización de la moneda norteamericana se debe básicamente a factores exógenos, en razón a una mayor consolidación de la economía norteamericana, problemas suscitados en otrora economías fuertes tanto dentro de la región como en extrarregión y el anuncio reciente de la suba de las tasas de referencia de la Fed concretado a mediados de diciembre del último año.

Muchos analistas económicos consideran que el BCP pudo haber aplicado políticas cambiarias "más agresivas" para detener la indomable carrera alcista del dólar, pero la verdad es que ni tan siquiera a través de las muchas intervenciones realizadas habiendo vendido una millonada de dólares en el mercado de divisas no ha logrado ni tan siquiera a medias el objetivo de suavizar su cotización, pues en algunos momentos pareció un coche de carrera de Fórmula 1, en donde había días en que su cotización se elevaba 70 o más puntos.

Si bien es cierto nuestro comercio exterior en volúmenes han sido casi iguales que durante el 2014, la sensible caída de los precios de los commodities en el Mercado Internacional determinaron que nuestros agroexportadores en forma inexorable vieron cómo han ingresado a sus arcas 1.200 millones de dólares menos que en periodo anterior, presionando aún más sobre su cotización en el que los niveles de demanda durante casi todo el año fueron superiores a los volúmenes ofertados, sumándose a esta "ingrata fiesta" los cambistas de frontera con Argentina, quienes dada la gran brecha observada entre el dólar oficial y el "blue", han obtenido "pingües" ganancias en los negocios de cambios.

Las autoridades del BCP las veces que la prensa intentaba comunicarse con ellos al respecto manifestaban que como lo estipula su carta orgánica, no intervendrían de no mediar "cambios bruscos" su su cotización y que no respondan a las "variables del mercado", pero la verdad es que ni haciéndolos resucitar a Francesco Vito o a Paul Samuelson, padres de nuestra economía quizás no hubiesen tampoco encontrado la "receta mágica" para atenuar su elevada cotización, pues mantiene su "carrera imparable" con pronóstico reservado, aunque estimaciones preliminares señalan que en los primeros meses de este año muy bien podrían ser igual o superior a G. 6.000 x dólar de llegarse a dar un nuevo incremento en las tasas de interés por parte de la Fed.

Lo que quizás "como una especie de consuelo" podríamos apuntar es que 10 años atrás el TC observaba mucha más volatilidad que hoy día, dado que en la actualidad los ingresos de divisas, a pesar de haber observado una mayor reducción, siguen siendo constantes, sin que en contrapartida se observen fugas de grandes capitales, como son los que se visualizan usualmente en grandes transacciones de la Bolsa, o también en empresas multinacionales que deciden retirarse del país.

Al contrario, el flujo de inversión extranjera que ha llegado a nuestro país en los últimos 2 años ha sido incesante (más de 100 empresas), dedicadas a diferentes ramos de negocios, pero llevando la primacía las empresas maquiladoras provenientes del Brasil.

Y tampoco podemos dejar de mencionar, obviamente, las devaluaciones observadas durante todo el 2015 en el peso argentino y en el real brasileño (más en este último), habiendo llegado a una cotización de apenas G. 1400 por real, récord, pero en nivel depreciado en los últimos años, como consecuencia de la grave crisis económica que azota a ese gran país de más de 220 millones de habitantes, los que las están pasando muy mal con un poder de compra sensiblemente disminuido y un nivel de desocupación a niveles históricos en todo el Brasil.

La devaluación del peso argentino también hizo que el comercio ilegal en frontera se acrecentara sustancialmente, siendo quizás uno de los principales factores que determinaron al cierre del año que el índice de inflación fuera no superior al 2,6%.

Resumidamente es lo que podemos señalar acerca del comportamiento muy atípico que ha tenido el mercado cambiario en nuestro país durante el 2015, y siendo quizás el peso argentino con el nuevo gobierno recientemente asumido el que probablemente marque una gradual recuperación y fortalecimiento de aquí para adelante por las diversas medidas económicas adoptadas por sus nuevas autoridades, lo cual ya se hace sentir en Encarnación con un flujo de visitantes argentinos no menor a 5.000 por día. O sea "no hay mal que por bien no venga".

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