Hace un año se ganaba la admiración de todo el continente al llegar a la final de la máxima competencia a nivel de clubes de Sudamérica, la Copa Libertadores y hoy termina el año como el segundo peor equipo del fútbol paraguayo. Nacional asimila una desastrosa realidad y de no ser por el sistema del promedio utilizado en nuestro balompié, habría perdido incluso la categoría, ya que en el 2015 con su puntaje superó solamente al Sportivo San Lorenzo.
El 23 de julio del 2014, el tricolor se posicionaba en lo más alto del fútbol sudamericano, pero esa hazaña de ser el segundo club guaraní en disputar una final continental le trajo secuelas terribles: desapareció la motivación, se quebró la armonía, el nivel de juego que parecía no tener techo, ahora no tuvo piso y terminó siendo el equipo "regala puntos" de esta temporada.
A eso hay que sumarle el fin del ciclo de muchos atletas (Riveros, Melgarejo, Mendoza, Orué y otros) que no fue respetado.
La Academia probó cuatro entrenadores en el año y con ninguno encontró estabilidad. Morínigo entendió que su estadía ya no era conveniente, dejó su lugar a un conocido de la casa como Daniel Raschle, el que más tiempo estuvo, pero que tampoco supo recuperar las fuerzas del equipo. Luego llegó Juan Manuel Battaglia, otro "hijo mimado", pero evidentemente el problema no estaba en la banca técnica, aun así tuvo que irse también para que el argentino Ricardo Dabrowski intente un nuevo proceso a partir del 2016.
Eliminación previsible
El tricolor tuvo la chance de disputar la Copa Sudamericana este año, pero se eliminó apenas en la segunda ronda y era previsible por el paupérrimo nivel exhibido. Dejó en primera fase a un tímido equipo chileno como Universidad de Concepción y luego se despidió ante el peor Liga de Quito de los últimos años.