Por Nilza Ferreira

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Un conocido publicista que logró curarse de dos tipos de cáncer, de riñón y de colon, decidió contar esta dura batalla escribiendo un libro a modo de crónica. En "Mis días contados" el catedrático del área de Comunicaciones de la Facultad de Filosofía de la UNA, Rubén Ovelar, resalta su apego a la vida como factor fundamental que lo ayudó a superar su compleja enfermedad.

La historia de Ovelar comienza a principios de mayo del año 2013 cuando, tras someterse a una serie de análisis le detectaron un cáncer de riñón.

"¿Cáncer de riñón? Sí cáncer de riñón. Una dolencia que comprometía seriamente todo mi riñón derecho. Esa situación implicaría la pérdida de ese órgano. Al menos si quería salvar mi vida", relató.

Semanas después, en fase preparatoria para la cirugía renal, tras haber hecho interconsulta con 6 urólogos le diagnosticaron cáncer de colon, complicando aún más su salud.

"Vienen los estudios, llegan las ecografías, desfilan los análisis y aparecen las colonoscopías. Que las resonancias, que los contrastes, que el hemograma y los medidores tumorales. Agujas aquí y punciones por allá. Todo de todo. Al comienzo duele. Molesta mucho. Luego, uno siente un cuerpo indoloro, como si el tiempo ayudara a anestesiar el organismo", mencionó.

DOS CIRUGÍAS

El paciente se sometió a dos cirugías simultáneas de alta complejidad que duraron 9 horas. En el procedimiento se realizó la extirpación del riñón con tumor maligno y el corte de prácticamente la mitad del intestino grueso, que mide 1,5 metros.

"Yo asumí enseguida el hecho de que tenía dos cánceres y vivir, fui a cirugía rápidamente. El tiempo apremiaba y tenía que tomarse el riesgo de la cirugía simultánea como fue, unas 9 horas en el quirófano y después el proceso de recuperación", añadió. Los médicos consideraron un caso atípico el suyo, por la aparición de dos tumores primarios y no la evolución a una metástasis.

Tras la operación sobrevino el esquema de tratamiento que incluyó sesiones de radioterapia, quimioterapia oral y endovenosa. Según Ovelar, esta última fue la más dolorosa, además de tener que sobrellevar durante un año un colector de heces.

MENSAJE

"La más nefasta, la más dura de todas es la quimioterapia endovenosa, que deja sus secuelas. Es muy difícil sobrellevar, por más optimista que uno sea uno decae cuando en momentos en que uno arrastrado de la cama va al baño por las náuseas y los vómitos normales. Uno dice: esto es un precio demasiado alto para poder vivir".

En "Mis días contados" Ovelar deja el mensaje que con optimismo y apoyo de la familia y los amigos además de la espiritualidad y del diagnóstico oportuno y un tratamiento eficaz, el cáncer es un enemigo vencible.

"El 80% del tratamiento depende de la pericia médica, pero en la parte de recuperación, el 80% del esfuerzo está a cargo de la persona que se está recuperando, del optimismo que le ponga, de las ganas de vivir, de la lección de vida, de lo positiva que pueda ser la persona. Y lo que trato de transmitir es que la gente para poder recuperarse no pierda el optimismo", concluyó.

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