El intendente electo Mario Ferreiro es proclamado hoy y en días más asumirá, teniendo inclusive numerosas necesidades que debe subsanar. Sin embargo, el dinero necesario para dichas necesidades - como, por ejemplo, el colapso en el tránsito, el desagüe pluvial - hoy no existe.
El equipo técnico del nuevo intendente sabe que existe una deuda de infraestructura física y social que demanda una inversión aproximada a los US$ 4.000 millones. Y todavía no ha definido los primeros planes a ejecutar o de donde lograrán conseguir esos ingresos.
Ferreiro aclaró en su período de campaña que existe un plan de emisión de deuda que podría ser a un plazo de 20 o 30 años, para poder captar estos recursos necesarios.
Esta deuda sería para compensar las necesidades de inversión en agua potable, basura, tratamiento de efluentes, viviendas, tránsito, transporte público y zonas inundadas o bañados.
Sin embargo, en el seno del equipo reconocieron que endeudarse desde el inicio no sería una buena salida. El economista Víctor Raúl Benítez explicó que "lo primero que se va a hacer no es emitir deuda, sino recaudar más, de nada servirá endeudarnos a lo loco", indicó.
Esta versión también suena fuerte en carpas del nuevo gobierno municipal, ya que el ente tiene una recaudación de aproximadamente US$ 114 millones por año y el equipo calcula que la evasión es de unos US$ 78 millones.
Cabe señalar que informes del equipo de Mario resaltan que hacen falta US$ 1.846 millones para el módulo Agua y Saneamiento que incluye agua potable, basura y tratamiento de efluentes.
Y para la solución de los asfaltados de calles, vías alternativas, avenidas reconstruidas, semáforos y vehículos de transporte público se necesitarían otros US$ 981 millones.