Por Yvelice Villalba.
Hay muy pocos murales de mosaico en nuestro país, los precursores fueron Laterza Parodi y Josefina Plá con la realización del mural de IPS en 1959. También existen algunas joyas en el centro de Asunción como la Virgen que se encuentra enfrente de la galería central sobre Palma y Haedo, y el mural en el exterior de una imprenta conocida sobre Mariscal Estigarribia 752. Esas obras tienen una excelente técnica, permanecen todavía pero algunas necesitan restauración.
Son pocos los artistas que se dedican de forma profesional a la técnica en nuestro país. Uno de ellos es la joven Cecilia Quiñones, quien estudió Bellas Artes en el IUNA de Buenos Aires, Argentina, con orientación en grabado y escenografía. Al terminar la carrera realizó un curso anual de mosaico en un taller privado en Buenos aires. En el 2010, cuando regresó al Paraguay creó la marca Bizantino Mosaicos, que produce mosaicos para la decoración del hogar. Al margen de esta producción realizó murales y exposiciones de cuadros en mosaicos. Una de sus obras (Irupé) la llevó a la selección de los 10 mejores artistas del Premio Matisse en el 2011. En el mismo año obtuvo el segundo lugar en el primer Concurso Nacionalde Grabado Livio Abramo. En el 2014 trabajó para el artista francés Julien de Casabianca en un proyecto de arte urbano, cuyas obras fueron expuestas en París, Francia. Para la visita del papa Francisco a nuestro país realizó un mural de azulejos de la Virgen de Caacupé, en la capilla de Bañado Norte, y murales utilizando tapitas recicladas junto a los niños del Bañado. A mediados del 2015 realizó un curso especializado en mosaico romano en Ravenna, Italia, y en agosto de este año finalizó el proyecto Mosaicopy.
"Mi intención fue poner en las calles ese problema para crear conciencia, sobre todo con los murales de aguara guasu y del gua'a, animales que se encuentran en vía de extinción. Valorar y cuidar más nuestro medio ambiente. Es una forma de protesta en contra de los organismos pertinentes, que permiten que los bosques se desmantelen a través de prácticas corruptas y permitiendo una invasión desmedida de sojeros y ganaderos extranjeros que se instalan para invertir en nuestro país", comenta.
Similar es el caso de las aguas, todo tiene que ver con la corrupción, en este caso, que permite que las empresas tiren sus desechos en nuestros arroyos y lagos, desechos que ayudan a la formación de algas tóxicas como es el caso del lago Ypacaraí.