La cumbre del G20 del domingo y el lunes en Turquía será la ocasión para los líderes mundiales de tratar de acercar posiciones sobre la guerra en Siria, la migración y el clima.
Con una agenda esta vez más política que económica, los dirigentes de los países más ricos del planeta se reunirán en la ciudad mediterránea de Antalya, sujeta a medidas draconianas de seguridad y vigilada por 12.000 policías. Mientras, en la calle protestan por la presencia de Obama con zapatos gigantes, haciendo alusión al que lanzaron a W. Bush en el 2008.
Pero los dos principales protagonistas del encuentro, el estadounidense Barack Obama y el ruso Vladimir Putin, divididos sobre cómo poner fin a la guerra en Siria, no tienen previsto reunirse de forma oficial. Probablemente tendrán un encuentro informal, dijo la consejera de seguridad nacional de Obama, Susan Rice. "Tendrán una amplia oportunidad de discutir directamente", enfatizó.
Librado a tan solo 600 km de Antalya, el conflicto sirio ha dejado más de 250.000 muertos en más de cuatro años y provocado millones de refugiados.
Pero las divergencias principalmente sobre la partida del poder del presidente Bashar al Asad, que, a diferencia de Rusia e Irán, piden los países occidentales y árabes, impiden avanzar en la vía diplomática. "Siria es un país soberano, y Bashar al Asad un presidente electo por el pueblo. Así que, ¿tenemos nosotros derecho a hablar con él de este asunto? Por supuesto que no", dijo Putin en una entrevista. Obama tiene previsto reunirse con el presidente turco Recep Tayyip Erdogan.