Según un reciente estudio de Latinobarómetro, el Poder Legislativo de menor representatividad es el peruano, con 8 por ciento. Sólo un poco más arriba están Brasil y Paraguay, con 13 y 14 por ciento. Después, México y Costa Rica, ambos con 17 por ciento.
En cambio Uruguay es el país donde más personas se sienten representadas por su Congreso, con un apoyo del 45 por ciento de los consultados, seguido de Nicaragua con un 35 por ciento de apoyo de la ciudadanía y Venezuela con 31 por ciento.
Comparten el cuarto lugar los únicos países que quedan donde al menos tres de cada diez personas tienen una valoración positiva del Parlamento: República Dominicana y Honduras, con 30 por ciento.
"El alto nivel de desaprobación no es solamente un problema latinoamericano. Hoy en día, ocho de cada diez estadounidenses desaprueban la actividad del Congreso. Creo que esta debilidad crónica tiene que ver con una tensión profunda de las democracias modernas: los votantes premian a los líderes que adoptan posturas principistas y confrontativas, pero esperan luego que los políticos en el Congreso sean capaces de formar consensos y adoptar políticas innovadoras. El problema es que los políticos que nos gustan en televisión no son necesariamente buenos para la negociación", respondió Aníbal Pérez-Liñán, profesor de ciencia política y miembro del Centro de Estudios Latinoamericanos de la Universidad de Pittsburgh, consultado por Infobae.
El politólogo Ernesto Calvo, profesor de la Universidad de Maryland, también señala que es un fenómeno global. Pero advierte que la pregunta por la representatividad puede ser un poco engañosa, señala el portal digital radiomontecarlo.com.uy
"La tasa de aprobación del Congreso en Estados Unidos es de 10 o 15 por ciento, más baja que en América Latina. Pero si se le pregunta a los estadounidenses si se sienten representados por los legisladores de su distrito, la visión positiva es 30, 40 o 50 por ciento. Si la pregunta genérica es si se sienten representados por los políticos, la respuesta va a ser no, pero si es en relación a los que votaron, la respuesta va a ser distinta", explicó Calvo a Infobae.
"Los congresos son criticados por todos. Cualquier miembro de la oposición dice que funcionan mal, pero que si su partido estuviera a cargo lo harían mejor. Los oficialistas también critican su funcionamiento, pero porque los opositores traban. Cada uno privatiza para su grupo los beneficios de la representación y socializa para todos las críticas y los problemas. Nadie defiende al Parlamento como institución", agregó.