Nadie lo conocía, llegó con perfil bajo y parecía impensado que podría tener minutos en un partido siempre especial como ante la Argentina. Pero a Darío Lezcano le calzó perfecto el traje albirrojo, cumplió casi con excelencia su estreno con la selección paraguaya absoluta y no solo se ganó un lugar en la agenda de Ramón Díaz, sino también el cariño de toda la afición tricolor, que aprobó su gran tarea ayer en el Defensores.

Su convocatoria creó murmullo y hasta desconfianza al principio. Además no estaba en los planes del "Pelado" para este partido, pero por cuestiones extrafutbolísticas, Raúl Bobadilla le "cedió" la oportunidad y Lezcano no la desaprovechó, al contrario, cumplió a cabalidad y hasta por momentos se puso la ofensiva al hombro.

Si bien no fue constante los 90 minutos en cuanto a participación, el atacante del Luzern de Suiza fue demasiado importante para componer la tercera pieza de la columna del equipo. A pesar de que era su debut con la Albirroja, en eliminatorias y ante la albiceleste, Darío se tomó el juego como un partido de barrio. Se mostró siempre como una opción válida para descargar pelotas, arrastró bien la marca a los costados, provocó faltas y cuando fue necesario mostró su espíritu guaraní para apoyar en la marca, especialmente por el sector izquierdo, su lugar predilecto.

Invitación al canal de WhatsApp de La Nación PY

Otra de sus tantas virtudes fue que se adaptó a todo tipo de compañeros. Se asoció bien con Barrios, supo jugar con Derlis González y luego con Óscar Romero. A pesar de que era el "nuevo", se ganó la confianza del equipo, que siempre lo buscó, a tal punto de sacarle protagonismo a uno consagrado como el delantero del Palmeiras (Lucas). Aunque se distinguió por su fortaleza, Lezcano mostró también gran calidad técnica y no tuvo miedo de encarar.

La única misión pendiente del atacante "suizo" en su estreno fue festejar el gol, pero sabemos que llegará y por eso, ¡Darío, te esperamos siempre!.

Déjanos tus comentarios en Voiz