Por: Dr. Norman Breuer

Ingeniero Agrónomo

El fenómeno El Niño es causado por un calentamiento de las aguas en el océano Pacífico tropical y produce alteraciones importantes en el clima en varias partes del mundo, incluyendo el Paraguay. De hecho, el IRI1 señala al Paraguay como uno de los lugares del mundo donde existe una mayor probabilidad de precipitaciones por encima de la media histórica. Las instituciones científicas dedicadas al estudio de este fenómeno indican que en esta temporada 2015-2016 se podría llegar a un "súper" El Niño, igual o mayor al que ocurrió en 1997-1998, con algunas consecuencias devastadoras y otras más bien favorables. En este artículo enfocaremos los potenciales efectos de El Niño sobre la agricultura en nuestro país por la gran trascendencia de esta actividad dentro de la economía nacional. Los impactos potenciales incluyen también un gran volumen de producción de granos y oleaginosas a nivel mundial con una posible disminución de los precios de estos commodities a nivel internacional.

Según los más importantes centros de estudios oceanográficos y atmosféricos del mundo, estamos entrando en un evento El Niño que, por sus características actuales, podría ser de similar magnitud y efectos potenciales que el "súper El Niño" mencionado anteriormente. Por otro lado, la producción agropecuaria – tal vez la actividad humana que más depende del clima– es el pilar de la economía paraguaya de exportación. Nuestro país ocupa rankings de importancia mundial en producción y exportación de soja, azúcar orgánico, ka'a he'ê, tung, yerba mate, almidón de mandioca, chía, maíz, trigo y arroz. La producción de soja en el Paraguay se ha incrementado dramáticamente en las últimas décadas y el país se ha convertido en el cuarto mayor exportador de soja del mundo.

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El fenómeno de El Niño Oscilación del Sur (ENSO por sus siglas en inglés), al cual nos referimos en la entrega anterior, es el principal impulsor de la variabilidad climática interanual en todo el mundo y afecta a la producción de cultivos en muchas regiones. La variabilidad climática estacional es una fuente importante de riesgos de producción. La mayoría de las malas cosechas están asociadas a una falta o exceso de lluvias. La variabilidad del clima también se asocia con otras fuentes de riesgos de producción, tales como plagas y enfermedades y las situaciones de exceso de agua constituyen un caldo de cultivo perfecto para la proliferación de enfermedades fúngicas, como la roya de la soja que ocasiona tanto perjuicio. Existe un gran potencial de pérdida de suelo por erosión debido a las intensas lluvias durante estos eventos.

Varios estudios han demostrado las teleconexiones entre la actividad ENSO en el océano Pacífico tropical y anomalías en los patrones de precipitaciones estacionales en nuestra región. Anomalías de precipitación positivas relacionadas con el evento El Niño y anomalías negativas durante los eventos de La Niña se han encontrado a lo largo del sur de Brasil, Uruguay, la región pampeana, el noreste de Argentina y el Paraguay oriental. La precipitación total durante la temporada de crecimiento fue, en promedio, inferior durante años La Niña y mayor durante años de El Niño.

Los rendimientos de la soja en el Paraguay no han seguido la típica tendencia creciente de baja frecuencia atribuible a las mejoras tecnológicas, sino que han sufrido altibajos importantes debido, en gran medida, a los impactos causados por ENSO.

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