Cristian Darío Álvarez (29 años) llegó a Cerro Porteño para cubrir la plaza dejada por Diego Barreto, quien recaló en la vereda de enfrente. En los primeros juegos demostró no estar en su mejor forma física, pero a partir del compromiso clásico levantó considerablemente de rendimiento, y fue figura en el partido de la última fecha frente a Guaraní.

Atajó un penal decisivo para conseguir los tres puntos.

"Me siento muy bien en Cerro Porteño, me salen bien las cosas y la meta es lograr el título de campeón", explicó el golero rosarino. Se inició en las formativas de Tiro Federal, pasó a Rosario Central, militó en el Español de Barcelona, San Lorenzo de Almagro y de ahí al Rayo Vallecano.

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Señaló que la defensa es muy sólida y que no le llegan muchas pelotas peligrosas. "Los compañeros de la defensa son muy buenos. Todos comandados por Diego Lugano, con el apoyo de Bruno Valdez, nuestro capitán Carlos Bonet y Júnior Alonso. Ellos rechazan todos, muchas veces solamente soy espectador", apuntó.

Dijo que el fútbol paraguayo es muy competitivo y no hay rivales chicos. "Este fútbol es muy bueno. Los equipos se prepararon muy bien. Hay varios candidatos al título y otros tratan de salir de la zona del descenso. No hay rivales chicos y todos complican. Hay que estar muy atentos. Tenemos dos partidos que regularizar, que serán complicados, pero hay que ganar para estar en la punta del torneo".

"LE MIRÉ A DE LA CRUZ"

La mayor ovación de la hinchada cerrista recibió al concluir el juego ante los aurinegros. "Cuando sancionaron el penal, que no debió ser cobrado, estaba muy tranquilo. En todo momento le miré a De la Cruz y he visto que dudaba mucho. Estaba mentalizado que iba a atajar. No me moví en ningún momento y eso le desorientó. El sacrificio de los muchachos recibió su premio con el triunfo", finalizó el arquero.

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