El propietario de la óptica, Alessandro Spiezia, dijo colocó lentes nuevos en el marco de las gafas que llevaba el Papa. Agregó que el año pasado le confeccionó gafas nuevas y que a su famoso cliente le gustaron tanto que le encargó una nueva receta.

"Se suponía que yo las llevaría ayer al Vaticano, pero el Papa dijo a su secretario 'No, no quiero que Spiezia venga aquí; yo iré a Vía del Babuino''', reveló emocionado Spiezia momentos después que Francisco se fuera con sus gafas.

El Pontífice, que pasó menos de una hora en el pequeño comercio, provocó una aglomeración en la calle.

Francisco ha lamentado no poder salir y pasear a su gusto. Cuando era arzobispo en Buenos Aires viajaba en transportes públicos y ha dicho que una de las cosas que más extraña es poder salir a comer pizza. Pero ocasionalmente se ha hecho alguna escapada, especialmente para visitar la Basílica de Santa Maria Maggiore, por lo general en vísperas de un viaje al exterior y a su regreso.

Soehe, un turista alemán que visita Roma con su padre, se manifestó asombrado de ver al Papa en el comercio, probándose las gafas, especialmente poco después de esperar cuatro horas en vano para trepar a la terraza de la Basílica de San Pedro.

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