Por Mario Aníbal Romero Lévera

Cuando se confirma la llegada del papa Francisco a Paraguay, toda la comunidad se empezó a organizar. Hubieron muchas dudas, e incluso varios de los coordinadores de la visita del Santo Padre dudaban de la capacidad de poder tener todo bajo control, en algunos casos incluso se llegó a hablar de la falta de garantías en cuanto a seguridad. Lo cierto y lo concreto es que, a mi entender, la organización fue un verdadero éxito, a excepción, lastimosamente, de lo ocurrido en el último tramo de la visita a los familiares de las víctimas del supermercado Ycuá Bolaños. Realmente hay que destacar que la ciudadanía participó de manera activa en esta gran visita. Hay un antes y un después de la visita del Santo Padre.

Esta visita no solo demostró la gran capacidad de organización que tienen los paraguayos para unirse cuando el motivo lo requiere, sino que demostró la creatividad que tiene el paraguayo para atender a un visitante de lujo como el papa Francisco, pero también demostró un futuro nefasto que se está engendrando en los bañados de Asunción a través del contenido de las cartas que fueron escritas por los niños de dichas comunidades.

Los niños de varias instituciones educativas oriundos de los bañados escribieron cartas al Sumo Pontífice con la intención de regalar al Santo Padre un paquete con las cartas de los alumnos, para que pueda llevar algo representativo de la comunidad y la dura realidad que les toca vivir.

Las cartas fueron escaneadas, impresas y ubicadas en paneles de 1 ½ m x 3 ½ m aproximadamente, y fueron exhibidas en el escenario en el cual estuvo el Papa.

¿Pero qué decían estás cartas?

Al leer las cartas se puede concluir que los principales problemas que aquejan a las comunidades de los bañados, hoy, son: la crecida del río, las drogas, la violencia y la corrupción. Personalmente a mí me llamaron la atención las cartas sobre la problemática de las drogas y la violencia que genera en sus comunidades. ¡Sí! Criaturitas demostrando su preocupación por la cantidad de droga y la gran violencia que se acrecienta día a día en los bañados. Nos enfrenta un futuro muy poco prometedor y una gran responsabilidad no solo de las autoridades, sino de todos los paraguayos de buscar que estos niños tengan un futuro mejor.

Hoy los bañados son una "bomba de tiempo". Así como está la cosa, estos chicos tienen muy poca posibilidad de tener un futuro digno, y la probabilidad de que así sea es cada vez menor. El tema de las drogas está destrozando comunidades enteras, con una posibilidad de reversión muy baja.

Los 500 chicos representantes de los bañados creo que fueron muy claros: la solución está en nuestras manos.

¿Y esta situación triste y nefasta, como representantes de la comunidad civil, cómo pensamos revertirla y evitar que la "bomba de tiempo" explote en nuestras propias manos?

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