La obra interpretada por Raquel Martínez y dirigida por Wal Mayans aborda la existencia de "Krygi". Una niña ache secuestrada en el año 1896 y los fragmentos de su corta vida, son los detonantes del proceso creativo de "Damiana, una historia silenciada". La Nación habló con los responsables de este trabajo que rescata a la indígena del olvido. Por Natalia Santos.

-¿Cuál fue el inicio del trabajo?

-Al principio el proyecto se llamaba "Kurusu Kuña", y sigue siendo la raíz de todo este proceso creativo y reflexivo. Desde esta conjunción de dos palabras en guaraní Kurusu y kuña queríamos representar el yvy´rai el símbolo del poder terreno, a la mujer poseedora de sabiduría, la que sostiene el cielo y la tierra. Kurusu kuña no alude a un término victimizante sino más bien un atributo positivo de la kuña paraguaya. (...) El objetivo era crear una obra sobre la construcción de la identidad de la mujer paraguaya. Con Wal nos propusimos tomar el papel protagónico de la mujer en cada episodio histórico de nuestro país. La mujer indígena en la invasión, colonización, la mujer en las dos guerras, en la dictadura, la mujer paraguaya actual - y en este espacio de memoria - incluía a mi madre. Todas ellas sostenedoras de nuestra identidad.

Invitación al canal de WhatsApp de La Nación PY

- ¿Por qué decidiste tomar el personaje?

- En algún momento del proceso sentimos - siempre con Wal- que filigranar cada historia suponía un tiempo más extenso de investigación, de pronto el tema se volvió muy complejo. En ese momento de impasse, entre preguntas y sortilegios se nos presenta la historia de "Krygi". No fue un sí determinante llevarlo a cabo, yo no quería separarme de mi intención primera, sin embargo, paulatinamente fui encontrando en la historia de Krygi – Damiana a todas estas otra mujeres. Ellas, las que estuvieron en la colonización, y fueron indígenas, las madres de nuestras guerras, aquellas luchadoras de dictaduras y la mujer actual. Krygi las representa a todas, desde su historia , también silenciada.

- ¿Cómo se dio el proceso de investigación y creación?

-Difícil, sobre todo porque era mi primer trabajo sola. En esta experiencia mi compañía fue la soledad, soledad en el momento creativo, una soledad que dialoga. Wal acompañó estos momentos respetando siempre ese espacio vital de creación, una manera particular de trabajar con él. Donde permite al actor hacer una propuesta personal del trabajo, es en este periodo, cuando la mirada del director irrumpe sólo en el momento oportuno. (...) Cuando decidimos continuar el unipersonal con la historia de Damiana, sabíamos que contábamos con poquísimo material histórico, pero con lo poco que teníamos iniciamos esta segunda etapa. Etapa donde me decían que posiblemente la historia no sea cierta, que era una invención, incluso esa débil afirmación me resultaba categórica para seguir con ese propósito, me resultaba intrigante, tanta manía por crear de ella una especie de mito. (...) Me negaba rotundamente a presentarla desde el cliché de lo que creemos indígena. Le preguntaba a wal: ¿cómo hago para no caer en eso? la respuesta siempre fue rotunda y en parte ya sabía que respondería eso.

Respuesta/Wal: nosotros somos indígenas urbanos, represéntate a ti misma y usa al teatro para que esta historia sea conocida, el personaje vendrá solo. El personaje no vino solo...vino acompañado, de espejos, bolsas , vestidos, paredes, gestos, sonidos…

-¿La construcción?

-Entonces con la poca información sobre aquel episodio del año 1896, empezamos a construirla a ella, le dimos la posibilidad de hacerse preguntas, sobre su condición de mujer, sobre lo que recuerda de su mundo indígena, le dimos la posibilidad de enamorarse, de cantar, de volver a mirar todo aquello y quizás ya no con la mirada de una indígena y de una niña sino de un ser humano que interpela a su sociedad.

¿Qué preguntas se hacía Krygi - Damiana desde su situación de cautiverio? ¿Cuántas muertes había atravesado su ser. Ella se recordaba, cómo se recordaba? ¿Cuánta memoria genética la había salvado? Desde la obra nos hacemos estas preguntas; me las hice, en este proceso de deconstrucción y reconstrucción, ya no como actriz, sino como mujer, ser humano, que intenta empatizar con una historia de vida trágica. El proceso no acaba, nosotros intentaremos seguir las huellas de Damiana, con el estreno de la obra compartimos nuestra reflexión sobre esta vida humana, nuestro aporte como artistas es ese; que Damiana esté entre nosotros.

-¿Creés que en Latinomérica la necesidad de revisar la historia de los que no tienen voz encuentra su mejor canal en el arte?

- La historia tiene el poder de hacernos existir o mantenernos en el anonimato, en la oscuridad. Y hay muchas historias en Latinoamérica que necesitan ser contadas o recontadas. Cuando desde cualquier ámbito del arte se re-significa un episodio de vida se le está otorgando la oportunidad de hablarnos y obtener una mirada plural de las cosas. La historia de los que no tienen voz ,de los silenciados, encuentra su mejor interpretación en el arte, o desde el arte; reflexionando desde la sensibilidad, la empatía, sin juzgamientos. El arte se desvincula de los prejuicios, y permite desdoblarse en el otro.

- La vida de Damiana recientemente también fue abordada por un cineasta argentino.

-Para mí fue muy importante coincidir casualmente con los que sucedía en Buenos Aires con el estreno de la película Damiana - Kryygi, de Alejandro Fernández Mouján.

Cuando estaba en esos primeros días abordando el tema, sabía que existía un director en Argentina con el mismo interés. Cuando se concreta su estreno en Buenos Aires, tanta era mi emoción que le escribo para contarle sobre mi travesía también en el mismo tema. Él respondió amablemente contándome que en Asunción también llegaría el material. Esa semana que lanzaba el estreno de Damiana "Una historia silenciada" por casualidad en Buenos Aires también la estaban movilizando, fue una linda coincidencia… era como una necesidad del tiempo, nombrarla y hacerla existir.

- ¿De qué manera definirías este trabajo?

-Tanto para mí como para Wal, no entendemos este trabajo como un espectáculo. Sí, como una investigación artística que sigue en proceso, siempre renovándose. Es muy difícil denominarlo con categorías. Cuando un artista toma el compromiso de re-construir una historia silenciada, y le da voz, cuerpo, recuerdos, imágenes, se está recobrando una vida. Este trabajo intenta desde sus posibilidades expresivas hacer una reparación histórica, y ofrece una identidad que le fue negada a Kryygi. Por esta razón cuesta definir el trabajo como un "espectáculo", palabra que carece de valor en esta oportunidad. Por el respeto que se merecen nuestro antepasados, por el respeto a la memoria de Kryygi.

Déjanos tus comentarios en Voiz