Jorge Zárate
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En un análisis de 10 años de indicadores, el Banco Mundial (BM) destacó la curva descendente que experimentaron tanto la pobreza extrema, pasó de 11,3% en el 2011 a 7,7% en el 2013, como la pobreza general, y expuso la perspectiva de que se seguirá en ese camino de descenso.
"Hubo un crecimiento de los ingresos de los trabajadores", dijo María Ana Lugo, economista del BM, aunque admitió que el 70% de los obreros no calificados no alcanza a percibir el salario mínimo.
Fue durante la presentación de "La volatilidad y la desigualdad como restricciones para la prosperidad compartida. Informe de Equidad en Paraguay", que se desarrolló ayer en el Hotel Granados Park.
Lugo reflejó a su vez el fenómeno de los asalariados rurales a causa del avance de la agricultura mecanizada, como un elemento particular del proceso que se vive, aunque en las conclusiones reclamó una mejor gestión de riesgo agrícola para los campesinos. También la creación de fuentes de ingreso genuinas, señalando que la desigualdad estructural actúa como un freno para "la prosperidad compartida".
Al economista César Barreto le tocó analizar el informe recordando que como dato interesante "más de la mitad de la población paraguaya ya forma parte de la clase media, nos hemos convertido en un país de ingresos medios", expuso.
A pesar de ello abogó por un cambio en la política fiscal, ya que "el sistema tributario sigue dependiendo de impuesto indirectos y este es un problema estructural, ya que no es sostenible en el tiempo", apuntó. También pidió que se avance en la formalización y destacó allí el trabajo que deben hacer "el Instituto de Previsión Social (IPS), el Ministerio de Trabajo (MTESS) y Tributación, porque este es un elemento importante para ir dando estabilidad al proceso de crecimiento", expuso.
A su turno, el ministro de la Secretaría Técnica de Planificación (STP), José Molinas, señaló que el objetivo del gobierno es marchar hacia "una economía del conocimiento con índices de desarrollo social alto". Recordó también la existencia de un censo sobre las 125 mil familias que están en estado más crítico y sobre las que el gobierno tiene pensado generar políticas de atención directa.
"Paraguay ha avanzado sustancialmente en la última década en la mejora del bienestar y la reducción de la desigualdad de la población. Hay razones para estar optimistas, como la mayor productividad del trabajo en la agricultura y las mejores oportunidades de empleo, lo que sugiere que la transformación duradera es posible.