Dinamarca.ElPais
El cartel de "no se aceptan tarjetas" sigue sobreviviendo en algunos comercios europeos, cada vez más escasos.
Sin embargo, Dinamarca se plantea que las tiendas puedan colgar una advertencia que diga justo lo contrario: "No se admite dinero en efectivo".
La Cámara de Comercio ha abierto un debate con una reciente propuesta que quiere llevar al Parlamento: que los pequeños comercios tengan la posibilidad de rechazar monedas y billetes y admitir solo pagos con tarjeta o con el móvil.
Dicha Cámara de Comercio está situada en el centro de la capital, a pocos pasos del palacio de Christiansborg, que alberga los principales poderes del Estado y del puerto, que simboliza el poder comercial de Dinamarca.
Ahora pretenden dar un paso que, tarde o temprano, puede significar un gran salto en este terreno. "Nosotros defendemos que los comerciantes puedan elegir y por tanto rechazar los pagos en efectivo", explica Sofie Findling Andersen, la encargada de esta campaña. "Eso no significa que se vaya a abolir el dinero físico. No ocurrirá a corto plazo, aunque la tendencia es que cada vez se usa menos".
La propuesta, que la Cámara de Comercio entiende además "como una forma de luchar contra la economía sumergida, que siempre se esconde detrás del dinero en efectivo", tiene un largo camino por delante. Primero, porque se prevén elecciones como muy tarde en setiembre y, por lo tanto, no podría ser presentada y votada hasta 2016. Segundo, porque la mayoría de los comercios son muy reticentes a poner dificultades a sus clientes: que paguen como quieran con tal de que compren.
De todas formas, Dinamarca es un país donde ya se utilizan mucho las tarjetas de crédito para cualquier compra, no importa lo pequeña que sea ni el tipo de establecimiento (los puestos de comida en la calle las aceptan). La mitad de los pagos se realizan con un sistema propio de tarjetas danés, DanKort, fundado en 1983 y muy barato para los comerciantes.
TARJETAS
En Dinamarca, un 25% de los pagos se hace con tarjetas de crédito tradicionales y la otra cuarta parte, en efectivo.
El pago con dinero electrónico está experimentando un crecimiento notable. En un supermercado de la cadena Føtex, en un barrio de clase media del norte de Copenhague, las bicis se acumulan en la puerta a última hora de la tarde.
La mayoría de los clientes pagan con tarjeta, no importa que sea una compra, un paquete de tabaco o una barra de pan. Desde hace un par de semanas, en una de las cajas disponen además de la posibilidad de pago con el teléfono a través de un sistema llamado MobilePay que consiste en conectarse a la caja a través de Bluetooth, marcar un código y transferir el dinero. Es casi instantáneo.
También puede utilizarse entre particulares para enviarse efectivo. El pago a través del móvil es el producto bancario que más rápido ha crecido en Dinamarca.