Por Silde Oporto
El vicario General de Concepción, Mons. Pablo Cáceres, fue uno de los personajes de la semana, luego de ser convocado por el Ministerio Público para explicar sobre un libro de su coautoría, "Relatos que parecen cuentos", que fue hallado en poder de uno de los miembros de la Agrupación Campesina Armada (ACA). El contenido del material llamó la atención del fiscal Joel Casal, por lo que el religioso fue llamado a declarar.
En esta entrevista, Cáceres habla no solo del contenido del material sino también habla de la situación en el Norte del país, asechado por los grupos armados que mantienen a los pobladores de la zona en zozobra. El miedo no solo es generado por los criminales, sino también por las fuerzas públicas que se encuentran en la región, asevera el religioso.
–¿Cómo surge la idea de realizar este libro?
–Hicimos el libro con Benjamín Valiente, de la Pastoral Social de la Diócesis, hicimos sobre todo contra la desinformación. Todo lo que se sabe en Asunción viene del vocero de la Fuerza de Tarea Conjunta (FTC). Siempre cuando hay problema en el Norte, cuando hay campesinos muertos son ellos quienes dan las noticias y la prensa solo le escucha a ellos. La voz de los campesinos nunca se escucha, por eso nosotros hemos decidido hacer escuchar la voz de la gente, sobre todo de los campesinos organizados. Muchos de ellos fueron asesinados, acribillados y siempre aparecen en la lista de los del EPP, aun cuando ellos son inocentes y en muchos de los casos no tienen nada que ver con el tema, sin embargo, la gran prensa siempre hace aparecer a los dirigentes sobre todo. Pero los abusos cometidos nunca se comenta.
–En su libro usted pone en duda la existencia de los grupos armados Ejército del Pueblo Paraguayo y la Agrupación Campesina Armada, ¿por qué?
–No, yo no pongo en duda que existan. Lo que pongo en duda es la existencia de estos grupos como guerrilleros, no es un grupo guerrillero. Hablamos en el libro de ellos , pero no como grupo guerrillero, esos grupos existen, pero para nosotros no son grupos guerrilleros, sino grupos de delincuentes.
–Pero estos grupos se presentan como revolucionarios con ideales…
–No tienen ideales. Han matado a muchísima gente inocente, policías y campesinos. Los policías que asesinaron eran hijos de campesinos. Muchos campesinos han muerto en manos de ellos, dirigentes de la iglesia. Nosotros entendemos como grupo guerrillero con otros pensamientos e ideales.
–Se habla mucho que estos grupos, la ACA y el EPP tienen vínculos con el narcotráfico, ¿que sabe al respecto?
–Nosotros estamos casi seguros de que ellos unen a las dos organizaciones en algún momento. No sabemos distinguir en qué momento, ni hasta qué punto, pero yo creo que ellos se protegen y están en algo. Los del EPP sobre todo. Así está el Norte. Nosotros hemos pedido ayuda y nos enviaron tanques, pedimos rutas y están edificando cuarteles, hay muchas cosas que molestan acá.
–¿Quiénes son esas víctimas que menciona el libro?
–Las víctimas que son relatadas son Agustín Ledesma, Francisco Denis, "Toto" Lezcano, Elsiria Duarte. Otro relato fue el episodio poco feliz que desempeñó la Fuerza de Tarea Conjunta en un campo de deporte, donde atropellaron un partido de fútbol. Buscando a los supuestos guerrilleros, ellos cometieron muchos excesos. En Kurusu de Hierro mataron a dos personas de apellido Ovelar, porque uno de los miembros del grupo criminal es de apellido Ovelar, que es "Matungo", que está en la cárcel. Por el solo hecho de tener ese apellido para ellos (FTC) son guerrilleros peligrosos. También fue herida la tía de estos, que se llama María Gloria González, a ella le destrozaron el rostro. El levantamiento de cadáver se hizo horas después, a las tres de la tarde se produjo el tiroteo, el levantamiento del cuerpo de Ermenegildo se hizo a las 00:30 de la noche. El hermano se revolcó en el pastizal durante horas, luego le tiraron en la camioneta, ahí pusieron evidencia entre ellos que eran "para para'i", fusil o metralleta. En el caso de Agustín (Ledesma) plantaron evidencias también, que era sordomudo. Y creo que el caso terminó sin pena ni gloria.
–¿Qué dicen los familiares de los muertos por la FTC?
–Ellos se sienten totalmente impotentes, nadie les escucha. En la gran prensa se pasa como si fueran los verdaderos guerrilleros, porque ellos (la FTC) tienen la facilidad de realizar un montaje como si fuese una balacera en un monte, y en realidad no es ningún monte, es un pastizal. Nosotros tuvimos una muy buena relación con el comandante de la FTC, en ese entonces era Restituto González, él nos contó muchas verdades; incluso pidió disculpas a uno de los dirigentes nuestros, que se llama Zacarías Díaz, por el atropello que se dio en el estadio donde había mucha gente, él tuvo que pedir una disculpa pública porque fue una equivocación.
–La población en general, ¿cómo se siente?
–La gente se siente insegura, tienen miedo del EPP como tienen miedo de la Fuerza de Tarea Conjunta, ellos no se sienten protegidos por la FTC. Se tiene mucho miedo porque de repente, incursionan en la casa, atacan las chacras, robaron gallinas, cerdos e incluso dinero.
–¿Hicieron denuncias a los organismos de Derechos Humanos?
–Muchos de los casos están en conocimiento de la Comisión de Derechos Humanos del Paraguay (Codehupy), con muchos de los casos se interiorizan, ellos tienen las cuestiones jurídicas. Nosotros solo aliviamos las penas, si hay que rezar rezamos, apoyamos a las familias con víveres, porque son familias pobres. En el caso "Toto" Lezcano, dejó tres hijos y una señora viuda y enferma. Pero sí extraño que la Comisión de Derechos Humanos de la Cámara de Diputados y Senadores nunca vinieron por acá, no sé para qué están ellos.
–¿Qué le dice al gobierno, con relación a todo lo que está ocurriendo en el norte del país?
–Nosotros tuvimos muchas esperanzas al comienzo, pero ahora estamos totalmente desinflados. El gobierno había mandado un militar de alta graduación de apellido Díaz Cáceres, se presentó en el Obispado, habló conmigo, y nos ofreció mucha ayuda. Nos pidieron que presentáramos un informe de los pedidos, mucha gente pidió chacra, otra gente pidió camino, pidieron agua, incluso para burlarse mejor de nosotros, nos decían: ¿por qué no piden más? Nos decían que había mucho dinero. Pero hasta ahora no hicieron absolutamente nada, no tendría que tener la desfachatez de mentirnos de nuevo. Le pido al presidente (Horacio Cartes) que realmente ayude a la gente que está en la necesidad. Hay mucha carencia, hay muchas cosas por hacer y frente a esa pobreza creciente a cualquiera se le ocurre agarrar un fusil y reaccionar. Hay mucho descontento, hay mucha gente que quiere reaccionar.
–Dice que la gente quiere reaccionar, ¿cómo reaccionarían los descontentos?
–Lo que quiero decir es que cuando hay un descontento de la gente muy fácil de convencerla que tomen las armas en forma violenta. Viendo la carencia, la falta de medicamentos, y acá la gente sabe y hace su análisis, que un parlamentario gana 25 a 30 millones de guaraníes y ellos en la vida no ganan un sueldo de un parlamentario, la gente 'ipochy' (se enoja), 'huguy raku' (se le calienta la sangre), y para ellos también es una agresión que haya gente de primer nivel cuando ellos son postergados permanentemente.