Adolf Hitler no se suicidó en 1945 y mantenía intensos vínculos con el ocultismo. Esa es la tesis de "Hitler, el hombre que venció a la muerte", del escritor argentino Abel Basti, que sostiene que el dictador no murió en Alemania, sino en Paraguay, casi tres décadas después del final de la Segunda Guerra Mundial.

En este trabajo, que Basti define como novela histórica y que es la primera entrega de una serie, el periodista y escritor argentino se centra en la figura de Hitler cuando Alemania está a punto de perder la II Guerra Mundial y en su búsqueda de un plan de huida alternativo en caso de derrota.

"Un plan b", explica Basti que "se realizó en el marco de un acuerdo militar con Estados Unidos" para facilitar la salida de Alemania de científicos al servicio del nazismo que terminarían "sobre todo en Estados Unidos", según el escritor, pero también en otros países, como Argentina.

A LA PATAGONIA

Basti sostiene que Hitler no se suicidó en Alemania tras perder la guerra sino que se trasladó a España, en abril de 1945, y desde allí viajó a la Patagonia argentina junto a Eva Braun en un submarino con la protección del entonces presidente de facto, Edelmiro Farrell, y de Juan Domingo Perón, su ministro de Guerra, que llegaría después al poder.

Durante los dos primeros mandatos de Perón (1946-1955), Hitler habría vivido en una hacienda próxima a la sureña ciudad argentina de Bariloche bajo el nombre de Adolf Schütelmayor, de acuerdo con las investigaciones de Basti.

Tras su derrocamiento, en 1955, Perón le habría pedido al dictador paraguayo Alfredo Stroessner que acogiera a Hitler en Paraguay donde, según el autor, Hitler habría muerto en 1971 y sus restos habrían sido enterrados en la cripta de un búnker subterráneo bajo un edificio hoy ocupado por un hotel.

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