El Instituto de Profesiona­les Paraguayos del Sector Eléctrico (IPPSE) elaboró un informe lapidario sobre la situación de la Adminis­tración Nacional de Electri­cidad (Ande), advirtiendo sobre inversiones significa­tivas que se debería comen­zar a desarrollar en los próxi­mos años, ante una cada vez mayor demanda energética. Guillermo Krauch, vicepre­sidente del IPPSE, manifestó que “sin las inversiones nece­sarias, no se logrará aguantar el alto consumo”.

“Desde hace tiempo el insti­tuto realiza informes y este último lo emitió a modo de alerta. Sucede que la Ande rea­lizó una planificación, tanto en la distribución como transmi­sión y generación, que impli­caba alrededor de USD 600 millones anualmente, cuando la empresa invierte USD 300 millones”, explicó para el pro­grama “Fuego cruzado”, por GEN/Nación Media.

Señaló así que el monto res­tante no invertido termina por repercutir en el servicio, que puede ser en baja ten­sión y otras falencias, esto sin mencionar otra consecuen­cia: la falta de estructuras de respaldo en casos de averías. Puntualizó así que no inver­tir lo verdaderamente necesario implica llegar a un pro­blema de indisponibilidad de la Ande, con más cortes y más problemas para subsanar lo referente a la baja tensión, así como la imposibilidad para instalar otras industrias.

“El Plan Maestro de la Ande requiere una inversión total de USD 693 millones para este año, pero de acuerdo a la demanda a futuro y lo espe­rado, se requiere de inversio­nes incluso superiores a las que figura en el plan. Si no se hicieran las obras previstas en el Plan Maestro o se hicie­ran en detrimento, podría­mos tener el serio inconve­niente de tener que importar energía, lo cual sería una paradoja terrible”, sentenció.

Krauch recordó que desde el IPPSE también han expuesto la problemática cada vez más próxima que se observa en torno a la falta de provi­sión de energía eléctrica a futuro. Destacó que la situación actual es preocupante y podría volverse alarmante en el corto plazo y trágica en un horizonte de 5 a 10 años si no se toman medidas urgentes.

“Previsiblemente, el plan de la Ande vigente establece como límite para el año 2030, aproximadamente, pero los crecimientos de la realidad nos están mostrando que pro­bablemente eso se adelante, por lo cual deberíamos tener funcionando nuevas fuentes de generación. El crecimiento de la Ande del año pasado fue el equivalente a dos centrales del Acaray, lo cual observa­mos como la posibilidad de construir dos edificaciones más cada año, si se hiciera”, subrayó.

Atendiendo una de las tan­tas advertencias del IPPSE sobre el escenario en el cual nos podríamos convertir en importadores de energía, de no invertir lo verdadera­mente necesario en términos de infraestructura, Krauch manifestó que la inversión en generación debería rondar al menos los USD 2 millones por megavatios instalados, lo cual implicaría USD 1.200 millo­nes al año.

“Hay que actualizar el plan de proyección del creci­miento de la demanda y el consumo de energía, den­tro de los parámetros que se establecen en los estudios econométricos de la Ande. En función de esto, se deben desarrollar las instalacio­nes necesarias para abaste­cer las demandas previstas en los diferentes puntos del país y ver la forma de obtener ese financiamiento”, indicó.