Óscar Rubén Velázquez Gadea y Roy Rodgers, antecesores del actual contralor general de la República, Enrique García, fueron en su momento blanco de críticas y uno de ellos hasta fue acorralado y forzado a dejar el cargo por otorgar privilegios a las denominadas "secretarias vip".
En la Contraloría General de la República, un bastión tradicionalmente de la oposición, parece repetirse la historia con cada cambio de titular. Enrique García, actual contralor general, quien cuenta con el apoyo político del senador del movimiento Avanza País, Adolfo Ferreiro, fue cuestionado por realizar un viaje a la ciudad de Madrid, España, en compañía de Lizza Fabiola Benavente Ferreira, directora general de Control de Organismos Departamentales y Municipales de la Contraloría.
A raíz de este viaje, surge la sospecha de que, como antes, Benavente Ferreira sería una nueva privilegiada dentro del organismo público al punto de que Romina Rolón, ex novia del contralor, repudió en su cuenta de Facebook cómo es posible que una persona que no tiene los mé r i t o s para ocupar un cargo d e directora fue beneficiada con un viaje así y el millonario viático.
Rolón se refirió de esa manera a la asistencia de Benavente Ferreira al XXII Congreso Internacional del Centro Latinoamericano de Administración para el Desarrollo (CLAD) sobre la Reforma del Estado y la Administración Pública, que se realizó del 14 al 17 de noviembre pasado. Acudió al evento en compañía de su jefe García.
La actividad de capacitación tuvo una duración de 4 días, pero el titular de la Contraloría y la citada funcionaria se quedaron más y estuvieron diez días en la ciudad española, con presupuesto de la institución. Benavente fue beneficiada con G. 17.280.065 y García, con G. 21.628.316, en concepto de viáticos.
Estos datos ya no aparecen en la página web de la Contraloría luego de la denuncia de la ex pareja sentimental de García en la mencionada red social. Del evento en la capital española asistieron además otros representantes de la entidad estatal.
CASOS ANTERIORES
La novela sobre la corrupción y las asistentes vip de la Contraloría arrancó en el 2015, con el sonado caso del entonces contralor Óscar Rubén Velázquez Gadea y la secretaria vip, Liz Paola Duarte Meza. Esta última, de acuerdo con datos oficializados por el Ministerio de Hacienda, ganaba hasta G. 37 millones, de los cuales G. 31 millones eran extras. El promedio de remuneración total, por mes, de la secretaria vip no bajó de los G. 25 millones en promedio en los dos últimos años. El caso saltó a la luz en sendas publicaciones del diario Última Hora.
Tras descubrirse su millonario salario, la secretaria del contralor renunció a su puesto en mayo del 2015. Poco tiempo después, el contralor también renunció. Su protegida en la Contraloría concentró la atención de los medios luego de que se detectaran sus jugosos salarios, que superaban lo que gana un ministro del Ejecutivo. Lo que más indignó fue su "sistema" de marcación de horarios para obtener atractivas "horas extras". Reportaba marcaciones de salida casi a medianoche en días hábiles. Es más, los fines de semana iba a marcar con su mascota, según se pudo ver en las imágenes del circuito cerrado de la entidad.
Finalmente, el 12 de agosto del 2015, el Senado levantó la sesión extraordinaria programada para el tratamiento de un juicio político al contralor Velázquez debido a su renuncia, que fue presentada a través de su abogado Horacio Galeano Perrone.
OTRA BENEFICIADA
Roy Rodgers, quien sucedió en el cargo a Óscar Rubén Velázquez Gadea, fue duramente cuestionado por beneficiar con más del 100% de incremento salarial –en menos de un año– a su secretaria Cristel Mariana Irala Otazú, quien de percibir poco más de G. 5 millones (hasta mediados del 2015) saltó a ganar unos G. 13 millones. Altos funcionarios de la Contraloría General de la República defendieron en su momento el veloz aumento salarial de la privilegiada.
Rogers fue criticado por aquella situación, pero ocupó el máximo cargo de la Contraloría como interino, de agosto del 2015 a noviembre del 2016, hasta que entregó el mando a García. Ocupa el cargo de subcontralor Camilo Benítez Aldana.