Los familiares de los colonos secuestrados por el autodenominado Ejército del Pueblo Paraguayo (EPP), Franz Hiebert Wieler y Bernhad Blatz, ya cumplieron con todas las exigencias del agrupo armado. Sin embargo, los delincuentes no han hecho su parte, por lo que la espera por la liberación se extiende.
En todas las colonias menonitas de la zona norte del departamento de San Pedro y sur de Concepción, que comprenden Manitoba, Santa Clara, Nuevo México y Río Verde, cada día que pasa crece la angustia por la liberación de los colonos secuestrados. Los familiares cumplieron con las exigencias para la liberación y se llamaron a silencio, evitando emitir cualquier comentario o contactos con los medios de comunicación.
De acuerdo a las informaciones que trascendieron, supuestamente en uno de los panfletos hallados en el interior de la estancia San Eduardo, el EPP prometió la liberación de Franz Hiebert y Bernhard Blatz en la brevedad, pero no indicaba ninguna fecha de la liberación. En consecuencia, cada día que pasa se aguarda el retorno de los dos secuestrados.
Franz Hiebert Wieler, de 32 años de edad, fue secuestrado el 21 de agosto del 2017 del interior de su chacra en la Colonia Santa Clara. También fue incendiado su tractor y desde esa vez se encuentra en poder del EPP. En tanto, Bernhard Blatz, de 22 años, fue secuestrado el 1 de setiembre del 2017, cuando se retiraba de su chacra a bordo de una camioneta en un camino interno de la estancia Lucipar, distrito de Santa Rosa del Aguaray, ínterin en que fue emboscado y llevado por una célula de la banda criminal.
Los referidos panfletos fueron hallados el pasado jueves 11 de enero en la estancia San Eduardo, junto con las indicaciones sobre dónde estaban enterrados los restos de Abrahán Fehr, secuestrado el 8 de agosto del 2015. Al día siguiente, las pruebas forenses determinaron que efectivamente se trataba de los restos óseos del colono. Aunque no puede definirse la causa exacta, las inspecciones determinaron que este murió en circunstancias no violentas hace más de un año y menos de dos, según explicó el médico forense Pablo Lemir.