En pleno juicio de FIFAgate, Alejandro Burzaco, de Torneos (del grupo Datisa), acusado de repartir los sobornos a dirigentes del fútbol, fue el primero en nombrar a A.J. Vierci; el segundo en invocarlo fue Santiago Peña, ex empleado de Hugo y Mariano Jinkis (dueños de Full Play, otra firma integrante de Datisa).

  • POR JORGE TORRES ROMERO
  • Enviado especial

Antonio J. Vierci está en la mira de la jus­ticia de los Esta­dos Unidos en el marco del sonado caso del FIFAgate. Al empresario se lo indaga nada más y nada menos por el hecho de que habría integrado, a través de su firma Ciffart, el esquema que se encargó de pagar sobornos a dirigentes del fútbol para quedarse con los derechos de transmisión de los partidos de las elimina­torias y otros torneos.

Alejandro Burzaco, direc­tivo de la empresa Torneos y Competencias, integrante del grupo Datisa, firma acusada de ser la encargada de repar­tir los sobornos a los dirigen­tes del fútbol, fue el primero en nombrar en su declara­ción al empresario Antonio J. Vierci en pleno juicio de la causa FIFAgate, que se desa­rrolla en la Corte Federal de los Estados Unidos, en Brooklyn.

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El segundo en invocar a Vierci fue Santiago Peña, el ex empleado de Hugo y Mariano Jinkis (dueños de Full Play, otra firma integrante de Datisa) considerado testigo clave para la fiscalía nortea­mericana.

Además de estas dos perso­nas, los mismos fiscales que llevan adelante la investiga­ción, Samuel Nitze y Kristin Mace nombraron en el jui­cio al empresario paraguayo. Nitze fue el que exhibió la foto de Vierci en la sala del juicio a través de un proyec­tor al momento de interrogar al ex asistente de Juan Ángel Napout, Nelson Sanabria. Mientras que Mace lo hizo durante su exposición sobre los alegatos finales de la acu­sación contra Napout (Para­guay), José Marín (Brasil) y Manuel Burga (Perú).

Hugo y Mariano Jinkis, dueños de Fullplay.

La empresa del Grupo Vierci, Ciffart, que al revés se lee Traffic, la misma que ante­riormente había tenido los derechos de televisación de los partidos organizados por la Conmebol, es la que desde el 2007 posee vínculos con la firma Full Play. Ciffart tiene los derechos de televisación de los partidos de la selección nacio­nal, vía contratos con la Aso­ciación Paraguaya de Fútbol (APF). La empresa de Vierci a la vez cedió esos derechos a Full Play para que transmita los partidos de la Albirroja en países fuera de Paraguay.

Tanto Burzaco como Peña coincidieron en su declara­ción en la Corte de Brooklyn de que Ciffart siempre tuvo la preferencia a la hora de benefi­ciarse con los contratos de tele­visación en Paraguay.

El punto que llama la aten­ción de la justicia norteame­ricana y por el cual están tras los pasos de Vierci es que se haya reconocido en el juicio que la empresa Full Play pagó soborno a Napout por los dere­chos de los partidos de Para­guay, cuando este era aún pre­sidente de la APF.

La relación que hacen es sen­cilla y tiene mucha lógica, teniendo en cuenta que quien en realidad tiene los dere­chos de los partidos de la albi­rroja era Ciffart y no Full Play, por lo tanto, se presume que existe un contubernio entre ambas firmas para el pago del supuesto soborno.

A esto se suma que el mismo Peña, sostiene que cuando asume Alejandro Domín­guez la presidencia de la APF aumentó el monto del contrato de televisación a Ciffart y eso generó el enojo de los Jinkis. Con esa decla­ración se evidenció aun más el vínculo, ya que en todo caso quien debería molestarse por el aumento del monto del con­trato era Vierci y no precisa­mente los Jinkis.

Ahora, independientemente al veredicto del jurado de la Corte de Brooklyn sobre los tres acu­sados, la investigación sobre FIFAgate continúa, y no se des­carta que el empresario Anto­nio J. Vierci sea requerido por la justicia de los EEUU para aclarar algunos puntos.

Absoluto silencio de periodistas sobre el caso

Óscar Acosta y Luis Bareiro.

El escándalo del FIFAgate y la aparición del nombre del empresario Antonio J. Vierci, en plena Corte de Brooklyn, no generó ni un solo comentario y ni una sola publicación en los medios del grupo Vierci. Este hecho llamó la atención, teniendo en cuenta que sus principa­les periodistas como Óscar Acosta, Menchi Barrioca­nal, Santiago González, Luis Bareiro y Enrique Var­gas Peña se ufanan perma­nentemente de ser objetivos e independientes a la hora de relatar las noticias y trans­mitir informaciones.

Sin embargo, el caso del dueño de los medios donde trabajan los mantuvo en absoluto silen­cio, lo que confirma que ese discurso de objetividad que pregonan solo sirve para algu­nos casos, siempre y cuando no afecte los intereses del dueño del medio.

Los indicios que pesan sobre Vierci y su empresa son nada más y nada menos que haber formado parte del esquema que pagó sobornos a los diri­gentes del fútbol para que­darse con los derechos de transmisión de los partidos de la selección nacional.

Menchi Barriocanal, Santiago González y Enrique Vargas Peña.

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